Teherán – La desobediencia civil de las iraníes va en aumento y cada día se ven más mujeres por las calles de Irán sin el obligatorio velo islámico, en un gesto inaudito e impensable contra la República Islámica hace solo unas semanas.
Todo comenzó con la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre, tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico, prenda obligatoria por ley en el país y uno de los símbolos de la teocracia fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.
La muerte de la joven kurda de 22 años en custodia policial ha provocado fuertes protestas que llegan hasta ahora, protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de “¡Mujer, vida, libertad!”, en las que queman velos y piden más libertades.
Mas otro tipo de protesta se está afianzando, más sutil pero igual de valiente, en una suerte de desobediencia civil: mujeres que han dejado de usar el velo. Por las calles de Teherán se ven mujeres que no solo no se tapan la cabeza, es que ni siquiera llevan un velo a la vista, sobre los hombros o colgando.
Las mujeres que no se tapan el cabello se enfrentan a penas de prisión y a multas, de acuerdo con el Código Penal iraní, además de a posibles abusos de la Policía de la moral.
Síntoma de falta de derechos
“No llevo el velo desde que empezaron las protestas”, dice Maryam (nombre cambiado por seguridad), una joven de 19 años que estudia Educación Física. Para esta amante del hip hop el velo es “incómodo” y un síntoma de la falta de derechos de las iraníes.
“Las mujeres no tenemos derecho a ocupar ciertos puestos o necesitamos permiso para salir del país”, dice la joven, explicando algunas de las limitaciones que sufren las féminas en el país persa. – Jaime León