En 2002, el mismo día que se disputaba la final del Mundial de fútbol, que enfrentaba a las dos mejores selecciones del planeta, a un realizador neerlandés se le ocurrió organizar un partido entre los dos peores equipos del mundo.
Johan Kramer y Matthijs de Jongh, productores de clips musicales y spots publicitarios decidieron lanzarse al documental. Consultaron el ranking de la FIFA y comprobaron que los dos peores equipos eran Bután, un reino remoto del Himalaya, y Montserrat, una isla de las Antillas, que ocupaban los puestos 202 y 203.
Toda esta aventura quedó registrada en el documental, titulado "La Otra Final" que tuvo un gran éxito y consiguió premios en festivales internacionales.