Este lunes se cumple un mes desde que el periodista vasco, Pablo González, fuera detenido por los servicios secretos de Polonia acusado de ser un agente que facilita información al servicio de Inteligencia de Rusia. Una acusación que niegan con rotundidad su familia y su entorno más próximo.
Hubo que esperar varios días para que Polonia confirmara su detención el 28 de febrero, mientras informaba sobre la llegada de refugiados ucranianos a ese país. El 3 de marzo un juez dictó prisión provisional para González y fue encarcelado en la prisión de Rzeszów, donde todavía permanece a día de hoy.
Durante este mes, su familia ha recibido información con cuentagotas. No ha podido hablar con el periodista e incluso su abogado, Gonzalo Boyé, ha denunciado en varias ocasiones que la imposibilidad de ponerse en contacto con su defendido que permanecerá en prisión preventiva al menos hasta el próximo 29 de mayo.
González podría enfrentarse a una pena de hasta 10 años de cárcel ya que la fiscalía polaca le achaca la infracción del artículo 130.1 del Código Penal de Polonia.
En varias ocasiones Reporteros Sin Fronteras ha pedido a Polonia que aclare y ponga en libertad al periodista vasco al considerar que se están vulnerando sus derechos fundamentales.
PREOCUPACIÓN DEL GOBIERNO VASCO
La situación de González también preocupa al Gobierno vasco. El lehendakari se ha puesto en contacto con el Gobierno español para conocer más sobre la situación del periodista en Polonia. Lakua ha reclamado que se celebra un juicio "justo y rápido".
Pero lo cierto es que hasta ahora el Gobierno español ha pasado de puntillas sobre la detención. El Ministerio de Asuntos Exteriores se limita a confirmar la detención de González y a destacar que cuenta con ayuda consular. Sin embargo, en la reunión que mantuvieron hace unos días los responsables de Exteriores del Estado español y del polaco, José Manuel Albares no trató con su homólogo polaco la situación de González.
Cuando se cumple un mes de la detención de Albares, un grupo de amigos y compañeros de profesión de Pablo González han querido recordar su situación y han exigido su excarcelación acusando a Polonia de vulnerar sus derechos fundamentales.