Oh, sorpresa: reportaje en la prensa madridista sobre el infierno de El Sadar, con el petardo de Buyo (el que le cayó cerca, se entiende). Suponemos que lo recordarán como curiosidad histórica para las nuevas generaciones, porque como ocurrió hace ya 34 años son muchos los hinchas que ni habían nacido. Tanto llamarle Clásicos a sus duelos con el Barça pero resulta que su clásico por excelencia es hacernos anualmente la lista de agravios de los años de la tos –el petardo de Buyo, el cerdo con la camiseta de Juanito, el castañazo a Gallego, la señora que insultaba a Roberto Carlos y hasta la famosa aceitera–, para ponerle las pilas a los árbitros y para que Movistar coloque 1.000 cámaras para echarle mierda al día siguiente a la afición rojilla. Y, a todo esto, con Vinicius en el centro de la polémica. Habrá que cruzar los dedos para que no haya un imbécil que le suelte un rebuzno racista que nos puedan recordar los 50 próximos años.
Osasuna