Ahora sí que sí. Ya es Navidad en Euskadi. Con la puesta en marcha ayer del Parque Infantil de Navidad del BEC de Barakaldo ya no falta ningún ingrediente para que estas sean unas fechas tremendamente especiales y entrañables. Había ganas de que las atracciones, los juegos didácticos y las demostraciones tomaran el recinto ferial de Ansio tras dos años de parón obligado por la pandemia. Ese tiempo de sequía quedó atrás y hasta el próximo 8 de enero los más txikis podrán gozar con el mundo lleno de ilusión, magia y juegos que se dibuja en los pabellones 1, 3 y 5 del BEC, a los que este año acudirán más debutantes que nunca.
Había muchas personas, sobre todo niños y niñas, que llevaban tiempo esperando este momento y, por ello, desde que se abrieron las puertas el goteo de familias y grupos que entraron al PIN fue incesante. La visita al BEC fue la excursión perfecta en la jornada de ayer para varios clubes y asociaciones de Euskadi y ejemplo de ello fueron los gasteiztarras del Vendruna Mendi Taldea, grupo que se trasladó en masa hasta Barakaldo. Ni más ni menos que 350 personas, entre niños y voluntarios, fueron las que se desplazaron para gozar del Parque Infantil de Navidad. Ni que decir tiene que el verde de sus camisetas y sudaderas fue una de las tonalidades predominantes en las primeras horas de apertura de este inmensísimo parque de juegos. “Había muchas ganas de venir al PIN. Solo hay que ver a los chavales que están encantadísimos y con ganas de montarse en todas las atracciones y de disfrutar a tope de todo lo que hay”, señaló Henri Tejada, uno de los monitores de este grupo. Por su parte, desde Mungia, aunque en mucha menor medida, llegaron los siete niños y los dos monitores del grupo que practica kárate en el polideportivo. “Cuando propusimos a los niños y a sus familias hacer esta salida al PIN se pusieron muy contentos. Hoy –por ayer– han venido siete niños, pero el día 28 vendrán más críos a disfrutar. Se ha echado mucho de menos el PIN en los dos últimos años”, indicaron Peio Pascual y Julen Jiménez.
LA EMOCIÓN DEL DEBUT
Así, la de ayer era para muchos niños y niñas la oportunidad de recuperar parte del tiempo perdido, de volver a disfrutar en el enorme patio de juegos en el que se convierte el BEC cada Navidad con motivo de la celebración del PIN. El parón también ha hecho que el número de niños y niñas que acuden por primera vez al PIN vaya a ser mayor que nunca. Iratxe Romero acudió al BEC junto a su ama, Nuria Ibáñez. Era la primera vez que iban juntas al PIN porque Iratxe, a sus siete años, no conocía el parque. Sus ojos eran la viva imagen de lo que un niño siente cuando se sumerge en el universo de juegos y fantasía que se le abre al pisar el recinto ferial de Ansio. “Al entrar ha flipado. Se ha quedado paralizada y no paraba de decir si se podía montar en todas esas barracas y si podía estar todo el rato jugando”, señaló Nuria, la madre de Iratxe. Una vez pasó el momento inicial de impacto, Iratxe no paró de jugar y montarse en las distintas atracciones. “Se ha montado en unas cuantas barracas, ha ido a las camas elásticas, a unos hinchables... Y lo que le queda. Estaremos aquí hasta que el cuerpo aguante”, indicó Nuria.
Borja y Olivia llegaron al BEC desde Sopela y, en su caso, lo hicieron para que sus dos hijas, Mia y Noa, tuviesen su particular bautismo en el PIN. “Están alucinadas porque hay muchas atracciones, juegos...”, señaló Borja. El abanico de barracas y alternativas de ocio existentes en el BEC es inmenso y, también, la sensación de espaciosidad, ya que con la ampliación del recinto –al ocupar tres pabellones en vez de dos– quienes acudan al PIN tendrán una menor sensación de aglomeración de gente hasta en los días con más movimiento. Así, el BEC vivirá entre barracas y juegos hasta el próximo 8 de enero gracias a la magia y emoción del PIN.