El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha declarado este sábado un alto el fuego con Turquía "para facilitar el camino" hacia la implementación de la paz y el desarme, después de que su líder encarcelado, Abdulá Ocalan, instara al grupo a dejar las armas y disolverse, tras casi cuatro décadas de lucha armada contra las autoridades turcas.
"En este contexto, declaramos un alto el fuego efectivo a partir de hoy con el fin de allanar el camino para la implementación del Llamado del Líder Apo a la Paz y a una Sociedad Democrática", ha señalado el grupo en un comunicado recogido por la agencia de noticias pro-PKK ANF.
En este contexto, el Comité Ejecutivo del PKK, clasificado como grupo terrorista por Ankara, ha afirmado que "inicia un nuevo proceso histórico" y que el llamamiento de Ocalan "ilumina el camino para todas las fuerzas de la libertad y la democracia".
"Estamos de acuerdo con el contenido de la convocatoria tal como está, manifestamos que la cumpliremos y la implementaremos", ha sostenido el PKK, después de que su líder pidiera al grupo deponer las armas y su disolución.
"La responsabilidad recae sobre nosotros"
El mensaje realizado por Ocalan ha sido calificado por la organización de "importancia histórica", y su implementación práctica "exitosa" tiene una relevancia similar. "Está claro que con este llamado se ha iniciado un nuevo proceso histórico en el Kurdistán y Oriente Medio", ha aseverado el grupo.
"En base a esto, la responsabilidad recae sobre todos nosotros; todos deben asumir su responsabilidad y cumplir con sus deberes y responsabilidades", han manifestado, al matizar que, para que tenga éxito, "la política democrática y el fundamento jurídico también deben ser adecuados".
Asimismo, el PKK ha recalcado que "para lograr la implementación exitosa del llamamiento a la Paz y la democratización de Turquía y el Medio Oriente, el líder Ocalan debe poder vivir y trabajar libremente, estableciendo relaciones sin restricciones". "Se espera que las autoridades pertinentes faciliten estas condiciones", han insistido.
"No es un fin, sino un nuevo comienzo"
El PKK ha argumentado que el alto el fuego "definitivamente no es un final, sino más bien un nuevo comienzo". En consecuencia, han expresado que "ahora" deben "hacer de manera muy clara y contundente lo que debimos haber hecho en los últimos 35 años en general y en los últimos 20 años en particular, pero que no pudimos hacer lo suficiente en ese momento".
"Es necesario comprender correcta y adecuadamente el llamado del líder, sus razones, las características y tareas del nuevo proceso que ha iniciado, y cumplir con éxito sus requerimientos", han matizado. Por lo tanto, han alegado que desarrollarán la organización de forma "democrática".
"Por lo tanto, entendamos correctamente las características de este nuevo proceso y cumplamos con sus funciones con éxito", han concluido.
El Gobierno turco y el PKK, un grupo fundado en 1978 que se alzó en armas seis años después, ya iniciaron en 2013 un proceso de conversaciones de paz, si bien se derrumbaron en 2015 y se vieron seguidas por un estallido de enfrentamientos en las zonas de mayoría kurda en el sureste y el este del país.
Si bien el PKK formuló tras su fundación un llamamiento a la creación de un Estado independiente, en la actualidad aboga por una mayor autonomía en las zonas de mayoría kurda, situadas principalmente en el este y el sureste del país, parte de lo que se considera el Kurdistán histórico, que se extiende también a partes de Siria, Irak e Irán.