Una vez más, las elecciones las ha cargado el diablo en el Estado español. Pablo Casado no quiso reconocer como un error de cálculo la convocatoria de los comicios en Castilla y León, que han propulsado a la ultraderecha de Vox desde un solo escaño hasta 13. El PP mantiene el discurso de que este ciclo electoral, que seguirá en Andalucía, sienta las bases para desalojar al socialista Pedro Sánchez del Gobierno español. Pero es probable que ahora mismo desee con la boca muy pequeña unas elecciones generales en el Estado que auparían a Vox. Seguirá presionando y haciendo un marcaje a ministros como Marlaska, pero una convocatoria le conviene tan poco como al propio Sánchez.
Por su parte, el PSOE y sus aliados de Unidas Podemos han perdido fuelle (los socialistas se dejaron siete escaños y no repitieron el triunfo de 2019), y sería una rareza convocar unas generales en plena desmovilización de la militancia. Sánchez venía de realizar algunos movimientos sospechosos para sus aliados, como ensayar mayorías alternativas para la reforma laboral y flirtear con unos comicios al referirse a la flamante victoria de António Costa en Portugal con una mayoría absoluta. Pero ahora se queda sin razones para forzar que el ciclo continúe.
PSOE y Unidas Podemos mantienen su propio pulso interno con la reforma fiscal, pero Sánchez podrá contar con aliados como el PNV para que la legislatura aguante si cumple el acuerdo de investidura. En ese contexto, fuentes de la Ejecutiva jeltzale consultadas por este periódico confiaron en que PP y PSOE pierdan las ganas de seguir "desestabilizando" las instituciones con convocatorias electorales que engordan a Vox, y que Sánchez no se vea tentado por continuar con este "carrusel" electoral. "Seguimos comprometidos a aportar la estabilidad y la seriedad necesaria para que esta legislatura continúe hasta el final y alumbre nuevos acuerdos que mejoren la vida de las personas, tanto en Euskadi como en el resto del Estado", recalcaron desde el PNV.
Este mismo miércoles se reúne la ponencia técnica para dar un impulso a la transferencia del Ingreso Mínimo Vital a Euskadi, y los jeltzales tienen también la mirada puesta en la treintena de traspasos pendientes. Es un proceso que necesita tiempo, de ahí que quieran que la legislatura dure. No obstante, esperan lealtad en Sánchez y mayor capacidad de negociación. Preocupan sus leyes recentralizadoras.
"GUERRA DE TRONOS" CON LAS COMUNIDADES
"Los experimentos, mejor con gaseosa", zanjan las fuentes consultadas. Se remontan al "garrafal error de cálculo en Murcia", la moción de censura fallida que trató de articular el PSOE con C's y que desembocó en un episodio de transfuguismo y un ciclo electoral en Madrid y Castilla y León. En ese sentido, el PNV es crítico con la forma en que los populares y los socialistas están utilizando a las comunidades autónomas como mero laboratorio de pruebas en su confrontación electoral, como un simple escenario de la "guerra de tronos" de Casado y Sánchez. En esta batalla, que los jeltzales ven meramente partidista, se ha pagado además un alto precio: el ascenso de Vox.
"Es una falta de respeto a la ciudadanía adelantar así las elecciones, y el resultado es el que es: salvo Vox, todos pierden. Mal negocio ha hecho el PP. Poco respeto también para el autogobierno castellano-leonés y para sus ciudadanos. Pese a ser la primera vez que votaban solo para el Parlamento y el Gobierno de su comunidad autónoma, lo que debía haber sido un momento óptimo para hablar de sus problemas, sus retos y sus ilusiones; toda la campaña ha estado basada en La Moncloa y en cómo llegar o salir de ella", reprochan desde Sabin Etxea. Estas elecciones han provocado además un fuerte desapego en Trebiñu, donde no votaron ni cuatro de cada diez censados.
El PNV pide a PP y PSOE que dejen de desestabilizar las instituciones, porque da alas al hartazgo y provoca que algunos ciudadanos se refugien en "las opciones más extremas". Los jeltzales contraponen esta forma de hacer a la suya, basada en la defensa del autogobierno "y no un trampolín para ir a Madrid". Y confían en que los resultados "hayan disipado cualquier tentación que tanto el PSOE como Sánchez pudieran tener para dar continuidad a este carrusel electoral que en nada beneficia a la ciudadanía". "Seguimos comprometidos a aportar estabilidad", sostienen.