El PNV ha elevado el tono y vincula su respaldo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) al cumplimiento íntegro de su acuerdo para la transferencia del Ingreso Mínimo Vital (IMV). El hartazgo de la formación jeltzale llega a desbordar ya el vaso de su paciencia y ayer miércoles lanzó la advertencia al cuestionado responsable de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá. "O aclaramos estas cosas antes del Presupuesto o debe ser consciente de que, en caso contrario, su Gobierno puede tener problemas con ello. Eso es algo que debe tener muy en cuenta", alertó el diputado nacionalista Iñigo Barandiaran, quien reclamó "diálogo y negociación" al ministro socialista, que comparecía en el Congreso para explicar la primera parte de la reforma del sistema público de pensiones tras el pacto con los sindicatos CCOO y UGT y las patronales CEOE y Cepyme. En el punto de mira en una probable remodelación del Ejecutivo de Pedro Sánchez y pese a las sucesivas advertencias lanzadas por el PNV, Escrivá, que evitó pronunciarse al respecto, permanece impasible y mantiene su inmovilismo para hacer efectivo un consenso sobre el IMV que acumula ya ocho meses de retraso. El ministro "olvida" que el desarrollo económico y la cobertura de sus prestaciones "es competencia que debía corresponder" a la CAV, señaló Barandiaran.
"Debería hablar y negociar más", le instó el jeltzale, que detecta en el Gobierno español "actitudes" que "inclinan" al PNV "a ser muy críticos", también por conocer cuestiones como la citada reforma del sistema de pensiones a través de los medios de comunicación. "A pesar de pasar por socios tenemos que enterarnos por la prensa de los contenidos de los acuerdos. Para empezar, no es una manifestación del consenso ni de una forma de actuar diligente", reprochó Barandiaran, conminando a Escrivá a "recuperar el talante del acuerdo" en tanto que "en política es muy necesario, más allá de los textos legales".
El tono discrepante que subyace en la censura al ministro denota el nivel de indigestión que soporta ya el PNV ante la actitud del titular de Seguridad Social, cuya figura, pese al respaldo de Sánchez, se ha deteriorado ante el sinfín de polémicas que arrastra. Cabe recordar que en su última comparecencia ante el Pleno de la Cámara baja, durante la comparecencia del presidente español para dar cuenta de los indultos, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ya afeó la falta de información a uno de sus socios prioritarios de las negociaciones en pensiones. En una segunda réplica, el dirigente jeltzale destacó la "casualidad" de que, poco después de la intervención, el grupo parlamentario hubiera recibido el texto del pacto sobre este asunto y su desarrollo legislativo.
"Si quiere contar con nuestro apoyo –los seis votos jeltzales son necesarios para garantizar la estabilidad de Sánchez–, deberá hablar y negociar más con este Grupo y con sus interlocutores, porque está en juego algo más que el simple desarrollo de un texto legal; lo está el diseño del sistema de Seguridad Social para las próximas décadas y no podemos ser ajenos ni a dicho diseño ni a su gestión, que deberá corresponder a las instituciones vascas", argumentó Barandiaran. Y añadió: "No nos gusta que se traten materias que se supone que son desarrollo del régimen económico de la Seguridad Social y del sistema de cobertura social para la ciudadanía vasca, olvidando que es una competencia que desde hace más de 40 años debe corresponder a la Comunidad Autónoma Vasca y que aún no se ha transferido", censuró el diputado jeltzale. Por todo ello, insistió en la trascendencia de que se cumplimente lo anudado bajo la seria amenaza de complicar a Sánchez la aprobación de los Presupuestos.
sin contraoferta
La intención del líder del PSOE es atar las Cuentas con el PNV antes de adjudicar los fondos europeos y los jeltzales, que todavía no han recibido una oferta de negociación presupuestaria, insisten en su voluntad de completar la actual legislatura hasta 2023, principalmente porque la actitud de la triple derecha en el Estado español, cuyo giro parece una entelequia a día de hoy y en el actual contexto político, les lanza en brazos de Sánchez. Pero ha pasado más de un mes desde que la consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, rechazara la oferta a la baja que le llegó desde Madrid para la transferencia del IMV –se limitaba a una mera encomienda de gestión que hurtaba funciones a las instituciones vascas– y la coyuntura no ha variado. "No ha habido avances ni ninguna diferencia sustancial", reconoció el martes. Con la propuesta del Estado, Lanbide solo asumiría las funciones iniciales del proceso y la recepción de las solicitudes ciudadanas, mientras que la concesión y el pago de la prestación quedaban en manos de la Seguridad Social, que se reservaba así la tutela y la fiscalización del proceso. El Gobierno vasco respondió precisando que el traspaso debía guiarse por dos criterios: ser completo, y resolverse en base al Concierto Económico, de forma que incluyera la parte económica y se solucionara vía Cupo.
La reformulación del texto inicial compete a Escrivá o al ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, pero la exigencia desde Lakua es clara. El Estatuto de Gernika respalda en su artículo 10.12 que la comunidad autónoma tiene la competencia exclusiva en materia de asistencia social, sin matices, y sin que pueda erosionarse a través de la aprobación de legislación básica del Estado. La dinámica de actuación debería ser la siguiente: el IMV debería pagarse desde Euskadi y, después, descontar el dinero del Cupo, el que la CAV paga al Estado español por los servicios que presta en suelo vasco. Otra opción podría consistir en aplicar el porcentaje del Cupo, el 6,24%, a los 3.000 millones al año que se calcula que va a invertir el Ejecutivo de Sánchez en todo el Estado en esta prestación social, o bien que el Estado pague por cada persona que tenga derecho a la prestación. Hasta la fecha Escrivá se ha limitado a indicar que él cumple con la disposición adicional quinta del decreto 20/2020 y que Euskadi "reconocerá completamente la prestación", pero sería solo un formalismo porque lo relevante, la tutela, quedaría reservada para el Estado, que autoriza o revoca en última instancia las ayudas.
Escrivá se limitó ayer miércoles a avalar la solidez del sistema público de pensiones y a defenderse de la polémica que generó al reseñar que la generación del baby boom tendría que apretarse el cinturón o trabajar más tiempo. El traspaso del IMV sigue atorado porque desde el Ministerio lo mantienen durmiendo el sueño de los justos. El PNV ya ha avisado de que, de no despertar, el tema puede acabar en pesadilla para Sánchez.
"Si quiere nuestro apoyo deberá hablar y negociar más; recupere el talante de acuerdo, que va más allá de los textos legales"
"Pese a ser socios, que nos enteremos por la prensa de los contenidos de los acuerdos no es diligente"
iñigo barandiaran
Diputado del PNV