El PNV emplaza a Escrivá a garantizar la singularidad de las cooperativas

“Entendemos que es una reforma necesaria, realista y positiva en muchos aspectos, pero cuestionable en otros que esperamos poder corregir próximamente”. Así definió ayer el PNV su respaldo al decreto ley que incluye la reforma de las pensiones del ministro José Luis Escrivá y que, una vez convalidado ayer, se adentrará en la fase en que los grupos parlamentarios negocien nuevas modificaciones al texto. La reforma llegó al Congreso con el visto bueno de la Comisión Europea y también de los sindicatos, y se centra en elevar los ingresos del sistema para hacer frente a las tensiones financieras por la jubilación de los baby boomers en las décadas de los 30 y los 40. El jeltzale Iñigo Barandiaran lamentó, eso sí, el “error” que supone homologar en el mismo régimen jurídico a las personas autónomas y a las cooperativistas, que en Euskadi alcanzan las 130.000 personas. De ahí que la formación nacionalista haya propiciado un diálogo entre el Gobierno español y el sector afectado para tratar de recoger la singularidad de las cooperativas en el ordenamiento jurídico, un acuerdo que por el momento no ha sido posible pero que el PNV seguirá reclamando.

Por otro lado, Barandiaran valoró positivamente las medidas dispuestas en el decreto ley para las personas becarias o que realizan prácticas formativas, como la bonificación del 95% de las cuotas por contingencias comunes, pero advirtió de que “queda por solucionar la cuestión relativa a la gestión de esas mismas bonificaciones”, que afectan a más de 300.000 personas en la CAV y a cerca de millón y medio en el conjunto del Estado. Del mismo modo, indicó que “hay que dar una solución al limbo en el que quedan las prácticas del alumnado de formación no reglada”. Asimismo, el diputado jeltzale apuntó a Escrivá que persistirán en el objetivo de mejorar las prestaciones para familias con menores con enfermedades graves a cargo. Barandiaran recordó que fue su grupo quien consiguió ampliar esa protección desde los 18 a los 23 años a través de una enmienda incluida en los Presupuestos de 2022, cuya estela sigue el Gobierno español ahora, situando el límite de edad en los 26 años. “Entendemos que la fijación de la prestación referida a una edad determinada no responde a los parámetros de necesidad que la justifica. No es tanto la situación de una necesidad momentánea sino la de dependencia continua la que debe justificar su existencia, por eso vamos a insistir para que el parámetro de la edad vaya desapareciendo”, argumentó.

El decreto ley salió adelante con un amplio apoyo de 179 votos a favor, entre ellos, los de PNV, ERC y PDeCAT; el rechazo de PP y Ciudadanos; y la abstención de EH Bildu, Junts y Vox. Escrivá valoró la que es la segunda pata de la reforma de pensiones, que, a su juicio, “permite abordar el reto demográfico” a través de un “conjunto de medidas equilibradas” que garantizarán “la suficiencia” del sistema. Este nuevo sistema, que entraría en vigor mañana salvo determinados preceptos del mismo, contempla subidas de bases máximas y de cotizaciones, mejoras en las pensiones mínimas y el establecimiento de un modelo dual para calcular la pensión, que dará opción a elegir entre los últimos 25 años cotizados o 29 años, descartando en este caso los dos peores. Además, con la nueva reforma las mutuas colaboradas de la Seguridad Social ya no tendrán posibilidad de dirigirse al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en caso de que el servicio público de salud desestime su propuesta de alta.

Rechazo del PP

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, justificó el voto en contra alegando que “claramente abre la puerta a seguir incrementando las cotizaciones y bajar las pensiones”. Es más, destacó que “nadie responsable” puede apoyar una reforma que la Airef y otros organismos no respaldan y con la que el Ejecutivo busca “llegar a las elecciones”. El líder de la oposición se quejó de que esta reforma se haya impulsado sin proporcionar documentación a su partido, “sin consenso” y al margen del Pacto de Toledo. A su juicio, una cosa es pretender “llegar a las elecciones” y otra “mantener un sistema de pensiones sostenible”, ahondando en que la propuesta de la formación conservadora se basa en “empleo, empleo y empleo”, así como que haya “más cotizantes con unas cotizaciones más contenidas”. También apostó por “más ingresos en la Seguridad Social y la actualización anual de las pensiones de acuerdo con el IPC”. Pronto halló respuesta en el ministro Escrivá: “Esto es un viva Cartagena extraordinario. A mí esto me parece populismo en el estado más puro”.