“El PNV ha estado unido en lo fundamental y ha sido su etapa de mayor poder institucional”

Tras estos años al frente del PNV, ¿le queda alguna espina clavada o algo que hubiera hecho de otra manera?

Los momentos más complicados son aquellos en los que tomas decisiones que hay que tomar pero hacen daño a personas, porque una decisión tuya le quita de un puesto, pone a otro, o porque alguien que estaba ya no debe seguir… Yo me iba a la cama con ese dolor que causas a alguien. Es lo más duro. Tengo un saquito de decisiones personales que han hecho daño, soy consciente, y les pongo cara y ojos a las personas que he perjudicado. Por lo demás, me voy muy contento, con la sensación de que he dado todo lo que podía dar, que nos ha salido bien, y digo “nos” y no “me”. Ha sido el momento del partido de mayor poder institucional y penetración social. Para mí tener la presidencia del Parlamento navarro es importantísimo. Desde antes de la guerra no teníamos una posición así, desde la época de los Irujo Aranzadi. Tener alcaldes en Iparralde es algo fantástico. Tener la foto que tuvimos del lehendakari, las diputaciones, las capitales y la presidencia de Eudel... Han sido años buenísimos.

Cuando habla de decisiones personales, ¿habla de Iñigo Urkullu?

La de Iñigo y muchos otros y otras. Pero Iñigo Urkullu tuvo que hacer lo mismo que yo con mucha gente también, así que me entiende perfectamente y sabe lo que es. He tomado decisiones pensando en el bien del país, pero lamentando y llevándome en mi saquito a la espalda que esas decisiones, sin arbitrariedad y bien meditadas, hacían daño a gente.

¿Y la moción de censura a Rajoy? ¿La ve como un éxito o, desde que Sánchez está en La Moncloa, Bildu tiene mayor protagonismo y se ha contribuido a su normalización?

Es un buen ejemplo de que hicimos lo que teníamos que hacer porque no podíamos hacer otra cosa, pero en lo personal me costó darle la vuelta un poco. Fui consciente del daño que le hacía a la persona Mariano Rajoy, con quien yo había tenido una relación de empatía y complicidad altísima. No me importa romper una lanza diciendo que, si Mariano Rajoy estuviera al frente del PP, otro gallo cantaría. Pero el PP de entonces no supo reaccionar, y nosotros le dimos posibilidades para que reaccionara, pero no supo moverse. La moción de censura era inevitable. Y ha sido buena y productiva para Euskadi. Ha habido un desarrollo del autogobierno como no había habido en los últimos 20 años. Hemos tenido más transferencias que desde que yo tengo uso de razón y entré en el Gobierno con Guevara para el desarrollo autonómico en 1987. Y ha habido inversiones, hemos blindado el Concierto Económico y hemos tenido un desarrollo altísimo como país. ¿Podría haber sido mejor y más rápido? Sí. ¿Nos siguen debiendo cosas y hay que seguir apretando? También. Pero el balance de la era Sánchez para Euskadi está siendo bueno y espero que siga siéndolo.

¿Cómo le gustaría que se recordara su etapa en el EBB?

Hay datos objetivos para recordarla bien, y no ha sido fácil. Ahora tenemos la sensación de que estamos en una situación complicada, pero yo entré en enero de 2008 al BBB, y en marzo perdimos por primera vez unas elecciones en Bizkaia porque Zapatero arrasó en Euskadi. Después perdimos el Gobierno vasco con trampas, con el pacto PSE-PP; perdimos las diputaciones de Araba y Gipuzkoa, y nos quedamos con Bizkaia y una alcaldía de capital. Después recuperamos el Gobierno y las diputaciones, pero vino la eclosión de Podemos, y en 2015 y 2016 nos arrasó. En 2011, Amaiur, ahora EH Bildu, tuvo siete diputados. No es que todo este tiempo haya sido un camino de rosas y ahora tengamos las espinas, no: estos 17 años en el Bizkai y en el EBB han sido una pelea constante por ir subiendo escalones, y tuvimos una cima en 2019 y 2020. En la cima no puedes estar mucho tiempo, lo que te toca es bajar. Ahora estamos en un proceso de bajadita, pero es para volver a hacer cumbre cuando se pueda. Esa ha sido mi filosofía: paso a paso, y con la gente. La nueva política se basa en el culto al líder, pero yo he sido el antilíder.

¿A qué se refiere?

Arzalluz dijo un día que él era un primus inter pares, que el presidente del EBB era el primero entre iguales, y yo he intentado hacer eso, marcar un liderazgo colectivo. Nos ha dado mucha solidez y ha hecho que el partido haya subido y alcanzado estas cotas de poder institucional porque nos ha permitido ir a todo el partido junto. Uno de los pequeños méritos que creo que sí me puedo arrogar es haber tenido al partido unido en lo fundamental, y haber determinado colectivamente los objetivos: recuperar Lehendakari-tza y las diputaciones, mejorar en las capitales, ser más ambiciosos en Nafarroa, incentivar las instituciones vascas en Iparralde… Nuestras decisiones han quitado y puesto presidentes españoles. Son unos años con un liderazgo que he querido que sea humano, y por eso contaba chistes y me disfrazaba. Después de hacer los cambios que hemos hecho, al partido le toca volver a hacer cumbre, volver para arriba, y estoy seguro de que lo hará en 2027 y 2028.

Sin relevo generacional ni cambio a nivel político en la presidencia del EBB, ¿se podrá reactivar a la militancia?

Globalmente, si miramos lo que ha hecho el partido en cuatro años, no habrá una organización política de gobierno en Europa que se haya renovado más y haya hecho un cambio generacional más fuerte que el PNV en lo público y lo interno. El presidente del EBB va a ser de 1962 como yo, y alguien puede decir que no es una renovación, pero el equipo que acompaña está renovado y la edad media baja más de diez años.

¿A qué va a dedicar su futuro?

A trabajar. Primero, un poco de descompresión. Hay que desintoxicarse porque la política es adictiva. Voy a tener mucho más tiempo para mi familia y aficiones, pero no me voy a prejubilar. Estoy como un camión desde el punto de vista físico y mental, y no quiero ser otro más de los de Vaya Semanita pegado a la valla diciendo que yo traje el TAV a Euskadi. En la época mía de la televisión obtuve buenos resultados en la gestión empresarial de medios, así que en principio tiraré por ahí, ya iré buscando cuando la mente se haya serenado. En el partido, volveré a la base. Voy a tener por fin los lunes al sol después de 17 años, podré venir a las asambleas y aportar a mi organización municipal de Abanto. A empezar de cero.