En el escaso año y medio que queda de legislatura, a Pedro Sánchez le va a perseguir como una sombra el cumplimiento del Estatuto de Gernika, aunque haya intentado pasar página de este compromiso o, al menos, de cuatro traspasos en concreto. Tras anunciar por sorpresa el miércoles al PNV que los ministerios están en contra de negociar cuatro transferencias que exige la consejera Olatz Garamendi, sus socios de investidura han mantenido este jueves la presión con dos argumentos: las transferencias son ley porque aparecen en el Estatuto de Gernika y como tal deben cumplirse, y fue el propio Gobierno español quien propuso un calendario que ahora pretende olvidar.
La diputada en el Congreso Josune Gorospe criticó el anuncio de Sánchez. “Sorprendente y decepcionante”, resumió en Onda Vasca. La jeltzale recordó que él mismo propuso un calendario. Dijo que tres de esas competencias que ahora rechaza (meteorología, fondo de protección a la cinematografía, y ordenación y gestión del litoral) aparecían en el segundo bloque de ese cronograma, en su primera versión. Gorospe añadió que los trabajos tendrían que haber comenzado en junio de 2020 y finalizar en diciembre de 2020. Casi dos años después, Sánchez pretende dar marcha atrás. Gorospe agregó que son competencias que están reconocidas en una ley orgánica, el Estatuto de Gernika, y “lo que tienen que hacer los ministerios es dar pasos para que se materialicen”.
No dijo más, pero se da la circunstancia de que el traspaso de inmigración, el cuarto en discordia, lo propuso también de manera proactiva el exministro de Política Territorial, Miquel Iceta, y existía un interés manifiesto en la parte socialista en el Gobierno vasco. Ese traspaso está en manos del Ministerio de la Seguridad Social de José Luis Escrivá, quien ya llevó al límite la negociación del Ingreso Mínimo Vital con toda clase de objeciones técnicas. Ahora parece ser que el escollo es la reforma de la Ley de Extranjería, que afectaría a los permisos de trabajo que hay que transferir. El silencio es sepulcral en el resto de materias.
Sin noticias para Garamendi
Los ministerios no habían comunicado al Gobierno vasco que hayan dado por zanjada la discusión. Fue el propio presidente español quien anunció el miércoles en el Congreso que los departamentos se oponen a las negociaciones. Sánchez dijo algo que los ministerios todavía no habían comunicado a Garamendi. La consejera solo había hecho constar en público una respuesta a su oferta sobre salvamento marítimo. Había denunciado que el Estado estudia su viabilidad y parece arrogarse la interpretación unilateral del Estatuto.
No se va a dar todo por perdido. Hace unos meses, desde el Gobierno vasco ya avanzaban a este periódico que la capacidad de presión del PNV en el Congreso y tener la llave en algunas votaciones podía tener un efecto desatascador. Ha sido así históricamente. El bloqueo en las transferencias y el reparto descentralizado de los fondos europeos están enrareciendo el clima entre el PNV y el Gobierno de Sánchez en puertas de la negociación presupuestaria. Por ahora, la única vía de diálogo que está engrasada y podría dar frutos es la que tiene que ver con las líneas de tren de cercanías.
Isabel Rodríguez pide hablar pero cree que coinciden "en lo básico"
En términos generales, y también sobre la falta de diálogo de Sánchez a la hora de anunciar al PNV sus medidas antes de presentarlas, Gorospe avisó de que tiene que “cambiar de actitud” porque “no puede seguir así”.
La ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, preguntada por los avisos del PNV en Antena 3 y por su acercamiento a Bildu, dijo que el partido jeltzale es un aliado con el que conformaron la mayoría absoluta y gobiernan en coalición en Euskadi, “un partido tan histórico como el PSOE”: “Nos hemos entendido y nos entendemos, el País Vasco es un motor económico de este país y vamos a seguir colaborando y trabajando. Seguramente tengamos que hacer mayores esfuerzos en hablar, en entendernos, pero creo que coincidimos en lo básico y en lo importante”.