El PNV se volvió viral en las redes durante la moción de censura que presentó Vox contra Pedro Sánchez en octubre del año 2020. La decisión de Aitor Esteban de dedicar tan solo 82 segundos a despachar la iniciativa de la ultraderecha para no darle protagonismo se condensó en un vídeo que circuló rápidamente por internet y que diferenció al PNV de otras bancadas que sí quisieron protagonizar intervenciones más largas o, incluso, agotar sus tiempos. Ahora que Vox ha presentado la segunda moción de censura de la legislatura, nuevamente con nulas opciones de prosperar, fuentes del PNV en el Congreso consultadas por este periódico aseguran que tomarán sus propias decisiones sobre cómo afrontar esta moción. Por lo pronto, adelantan que no van a renunciar a su turno de intervención, como sí están planteando otros grupos que, no obstante, en 2020 protagonizaron largas intervenciones y no recurrieron a la alternativa de Esteban. El PNV, en cualquier caso, va a buscar un punto intermedio entre no intervenir y hacer el caldo gordo a Vox con discursos que se eternicen.
ERC ha planteado la posibilidad de hacer un “boicot” a Vox, una idea que también lanzó en 2020 y que ya entonces quedó en agua de borrajas ante el rechazo de los socialistas y Unidas Podemos. Ante esa negativa, el debate siguió los cauces habituales hasta que Aitor Esteban sorprendió con su intervención exprés. El presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar, sugirió la semana pasada a los grupos que no consuman hasta el final sus turnos de palabra y que no hagan el caldo gordo a Vox, lo que parecía adelantar que el PNV asumirá una actitud parecida a la de 2020, sin llegar a concretar que vaya a ser tan fulgurante ni tan extremadamente conciso. “No vamos a no intervenir como proponen algunos grupos. Entre hacer el caldo gordo y no intervenir, creemos que hay un término medio”, explican. Por ahora, no pueden concretar si la extensión del discurso de Esteban será similar o no, cuestión que no está decidida.
Por lo visto, algunos grupos han sondeado la posibilidad de realizar una rueda de prensa y no decir una sola palabra en el pleno, pero el PNV no termina de ver esta alternativa, menos aún cuando en la anterior moción de censura esos mismos grupos “agotaron su turno de intervención”. Se preguntan si la diferencia ahora radica en que el candidato, Ramón Tamames, tiene 89 años, un dato que para el PNV no marca ninguna diferencia ni hace que esta moción sea menos estrambótica. “Sigue siendo una moción condenada al fracaso”, zanjan.
Ilegalizaciones, Franco...
En 2020, el PNV optó por una posición intermedia y de equilibrio: intervenir y tomar la palabra para dejar en evidencia “el uso espurio de esta herramienta parlamentaria” y denunciar las propuestas de Vox para “ilegalizar a quien no le gusta” como el propio partido jeltzale, pero al mismo tiempo limitar al máximo su turno de palabra con el objetivo de no conceder “protagonismo a una patochada”.
El PNV no cree que renunciar al turno de intervención en este caso sea la solución, unas dudas que también tiene Unidas Podemos, que según filtran en algunos ámbitos está proponiendo a otros grupos emular la intervención exprés de Esteban en 2020. El PSOE, por su parte, se está desmarcando de todos los grupos y parece que quiere sacar chispas a este pleno para dar más oxígeno a Pedro Sánchez y agitar el miedo a que el PP pacte con la ultraderecha tras las elecciones del 28 de mayo en los municipios y en buena parte de las autonomías. El PSOE apuesta por “tomárselo en serio”, lo que parece anticipar que no va a realizar precisamente un ejercicio de contención en su turno.
Desde la irrupción de Vox en el Congreso, Aitor Esteban se ha destacado por no normalizar las relaciones con un partido de ultraderecha que se opone a los avances en materia de memoria histórica o igualdad de género, y que cuestiona abiertamente el autogobierno o la propia existencia de los partidos nacionalistas vascos y catalanes. Durante la campaña electoral de las generales de noviembre de 2019, Esteban se negó a estrechar la mano de Iván Espinosa de los Monteros al término de un debate en televisión. La distribución de los escaños en el hemiciclo terminó provocando que Vox quedara situado al lado del PNV.