Con camisetas verdes, con la ikurriña en el pecho, el PNV ha tratado de trasladar este viernes de la manera más gráfica posible que su causa en el Congreso y el Senado solo será una: la defensa de Euskadi. El PNV ha terminado la campaña de las elecciones generales como la empezó, tratando de buscar un hueco en una lucha muy polarizada entre el popular Alberto Núñez Feijóo y el socialista Pedro Sánchez, y también reivindicándose como la voz vasca original y auténtica frente a la reciente competencia de EH Bildu, a la que sigue considerando una fuerza acrítica con Sánchez y menos exigente en la defensa de los intereses vascos con tal de marcar perfil de izquierdas. Los jeltzales afrontan las elecciones del domingo llamando a “marcar la diferencia” con el voto en las urnas porque “Euskadi se merece algo mejor que el Sánchez o Feijóo”, pero también alertando contra una Bildu menos exigente. La campaña acaba con buen pie, con el oxígeno que le da el reparto de las presidencias de las comisiones en Gasteiz entre Bildu y el PP.
En un mitin celebrado en el Arenal bilbaino, a la orilla de la ría y en un ambiente veraniego que no ha impedido una potente movilización, con 3.500 simpatizantes, el portavoz en el Congreso y candidato por Bizkaia, Aitor Esteban, ha pronunciado un discurso emotivo sobre las vivencias de su familia en el franquismo, para terminar retratando a EH Bildu como una fuerza que “no es fiable” y que ha acusado “en falso” al PNV de acordar con el PP, cuando en realidad lo habría hecho ella en Gasteiz. Recordó cómo su aita escuchaba durante la dictadura la emisión clandestina de Radio Euskadi, o cómo le enseñó libros prohibidos y un ejemplar de El Árbol de Gernika de Steer, y agradeció a su ama, de Soria, que fuera comprensiva con la temprana incursión de su hijo en política. Presentó al PNV como “la voz de la resistencia vasca” y denunció que Bildu los llame “fascistas”.
Este ha sido uno de los ejes clave de la campaña, desmarcarse de la derecha española frente a los intentos de EH Bildu de proyectar que habrá un acercamiento entre los jeltzales y Feijóo por el apoyo del PP en Gipuzkoa y Durango, un apoyo que fue gratuito. El PNV ya avisó de que el acercamiento al PP es imposible con un programa recentralizador y regresivo en materia de libertades, y menos aún si pacta con Vox.
“Bildu nos acusa de tener un pacto con Vox y PP. Es falso y lo sabe”, dijo Esteban, para añadir que quienes han pactado esta semana en Gasteiz han sido Bildu y los populares para “repartirse sillones”. “Mucho acusar a los demás en falso, y luego ellos pactan con el PP”, dijo. Además, pidió el voto para demostrar que Euskadi es diferente: si viene la izquierda, para rechazar la recentralización; si viene la derecha, para no admitir retrocesos.
EL WESTERN DE FEIJÓO Y SÁNCHEZ
El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, se desmarcó del “spaghetti western” entre “Jessie James Feijóo y Billy el Niño Sánchez”, y recordó que el PNV no será “muleta o muletilla” de ninguno de los dos. Sobre los pactos, zanjó: “Equidistancia y ambigüedad, ninguna. El PNV siempre ha estado del lado correcto. Lo demuestra la historia. En nuestros orígenes, en la República, en la Guerra Civil, en el exilio y la dictadura, en la Transición, en la actual democracia”, dijo, para zanjar que su lado es “el lado de Euskadi”.
En cuanto a Sánchez, anticipó una posición de exigencia. En ese sentido, criticó lo “difícil” que resulta entender que algunos “que se dicen abertzales” den su apoyo “gratis, de manera acrítica”. “Es un error absoluto. Están subordinando este pueblo y los intereses de este pueblo a un partido de España”, lanzó.
Avisó de que Sánchez defendió en su momento la aplicación del artículo 155 en Catalunya para suspender el autogobierno, de manera que, si llama al PNV pidiéndole su apoyo, Sánchez tendrá que comprometerse a respetar la nación vasca y las decisiones que tome la ciudadanía de Euskadi. Además, frente al Guatemala o Guatepeor, reivindicó a Aitor Esteban y “su tractor”, que esta vez llevará “un remolque más grande para llevar a Madrid todas nuestras aspiraciones como pueblo, todas las peticiones que la ciudadanía quiera hacer realidad”.
También tomaron la palabra los candidatos por Gipuzkoa y Araba, Maribel Vaquero y Mikel Legarda. Vaquero apeló de manera directa a “las personas jóvenes, las indecisas y las mujeres”, y Legarda, el jurista a quien el PNV encargó redactar el articulado del nuevo estatus en el Parlamento Vasco, reivindicó un nuevo Concierto Político con reconocimiento nacional, bilateralidad y garantías. El lehendakari, Iñigo Urkullu, por su parte, puso en valor que su gobierno se fijó el reto de situar el paro por debajo del 10% y ahora está en el 7,4%, el nivel “más bajo de los últimos quince años”.
SEXTO ESCAÑO
El objetivo del PNV es mantener su grupo propio para asegurarse los turnos de intervención y los cupos de iniciativas (lo lograría con cinco escaños), y también ser la primera fuerza en la comunidad. Y no renuncia a mantener el sexto escaño con el que cuenta en el Congreso y que está en el aire en Bizkaia. Conseguir ganar las elecciones tendría una lectura en clave doméstica porque rebajaría la euforia de Bildu a un año de las autonómicas y frenaría su discurso del cambio de ciclo tras la caída de votos del PNV en las municipales y forales.