El PNV ha arrancado este jueves la campaña de las elecciones generales del 23 de julio con una demostración de poderío y experiencia al reunir a sus portavoces de las últimas cuatro décadas, y recurriendo a todo tipo de metáforas para presentarse como el único defensor de Euskadi en Madrid y sacar la cabeza en un escenario de polarización entre el socialista Pedro Sánchez y el popular Alberto Núñez Feijóo.
Una estrella polar con luz constante que no pierde el norte, un pulsador verde entre el pulsador rojo del PSOE y el azul del PP, un vídeo con una joven indecisa que acaba saturada porque sus opciones parece que se limitan a dos y termina votando al PNV… En un acto celebrado esta tarde ante cientos de simpatizantes en los Jardines de Albia de Bilbao, ante Sabin Etxea, y con Aitor Esteban como cabeza de cartel, los jeltzales han reivindicado sus siglas y, para ello, han recurrido a la “larga de lista de logros” del PNV, que con su experiencia sacó jugo a las negociaciones para subir las pensiones en función del IPC con Mariano Rajoy en 2018, o para arrancar a Sánchez una larga nómina de compromisos como el impulso de las infraestructuras o la renovación del Cupo. Para avalar esta trayectoria histórica, al acto han acudido portavoces del PNV en el Congreso y Senado durante los últimos 40 años, como Iñaki Anasagasti, Joseba Zubia, Ricardo Sanz, Josu Erkoreka, Jokin Bildarratz y Estefanía Beltran de Heredia.
Los jeltzales se han presentado también como la opción serena, "equilibrada", un mensaje que se desmarca de quienes defienden una sociedad de extremos o populista, y sin tutelas, a diferencia de los partidos de adscripción estatal pero también en un mensaje velado a Bildu por haberse alineado de manera acrítica con la izquierda española o haber dejado pasar invasiones competenciales en la Ley de Vivienda. La nutrida representación jeltzale de décadas anteriores también marca perfil con una Bildu recién llegada al Congreso tras denostarlo. Los jeltzales han apostado por el autogobierno, la justicia social y la democracia, como la “voz propia” de Euskadi.
El PNV ha lanzado su vídeo electoral activando un pulsador verde en el primer día de la campaña, para afrontar unas elecciones cuyo resultado está muy abierto y donde el Sociómetro refleja un empate a cinco escaños entre los jeltzales, EH Bildu y el PSE. El PNV se ha lanzado con claridad a por los indecisos. Se fija como objetivo ser la fuerza más votada en la comunidad autónoma y mantener el grupo propio (5 escaños) porque garantiza más turnos de intervención y cupo para registrar iniciativas en el Congreso de los Diputados, pero sus principales adversarias vuelven a ser la abstención, sobre todo en plenas vacaciones, y la polarización PSOE-PP, además de la forma en que la izquierda abertzale y la derecha española se retroalimentan cruzándose declaraciones sobre el fascismo y ETA.
La galaxia política y Blade Runner
Esteban ha recurrido al guion de la película Blade Runner para relatar que ha visto cosas que los demás no creerían: “estrellas brillantes que han acabado siendo fugaces”, en alusión a Albert Rivera o Pablo Iglesias; las naves de combate de Podemos que iban a asaltar los cielos y han acabado “abatidas en llamas”; “agujeros negros” como Vox, que quieren engullir la democracia, y las constelaciones del PP y el PSOE, que cambian de lugar en función de las encuestas.
Frente a todas ellas, ha situado al PNV, una “pequeña estrella, cercana, con luz constante, señalando siempre dónde está el norte, como la estrella polar, guiando a este pueblo para avanzar”, y defendiendo la democracia, la justicia social y la nación vasca. Ante este panorama, ha pedido a los votantes que se imaginen cómo serían cuatro años de legislatura sin nadie que consiga recursos económicos para mejorar la calidad de vida de los vascos, y sin nadie que defienda estos principios y las libertades, como ha hecho el PNV tratando de impulsar la reforma de la ley mordaza del PP o de los secretos oficiales.
Esteban ha defendido la política “en positivo” del PNV, para construir, y que no se basa en el odio al adversario político. “Euskadi necesita una voz propia, equilibrada e independiente en Madrid”, ha zanjado el cabeza de lista por Bizkaia y portavoz en el Congreso.
La cabeza de lista por Gipuzkoa, Maribel Vaquero, ha avisado de que no aceptarán involuciones democráticas y ha criticado la sentencia del Constitucional contra el euskera a instancias de Vox. El candidato por Araba, Mikel Legarda, ha insistido en que la voz y el voto de la ciudadanía vasca en Madrid no se sientan en La Moncloa, sino en los escaños del PNV.
Ortuzar repasa los acuerdos
El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, ha reivindicado a los candidatos porque “los avalan años de trayectoria". Ha realizado un repaso exhaustivo de las medidas que ha arrancado el PNV: “la primera subida de las pensiones”, el acuerdo del Concierto Económico, los terrenos de los cuarteles de Loiola, el impulso al aeropuerto de Foronda, la entrada del TAV a las tres capitales de la comunidad autónoma, la transferencia del IMV o la partida para el Guggenheim Urdaibai.
“No ha sido fácil ninguna de ellas, pero el tesón del PNV ha conseguido que estén hoy aquí. Modelo PNV, la influencia de Euskadi en Madrid, el auténtico y genuino grupo vasco en Madrid”, ha reivindicado. También se ha referido a la sentencia del TC y ha pedido cambiar esta situación de indefensión del autogobierno cuanto antes.
Ortuzar ha pedido un esfuerzo de movilización en tiempos complicados por las vacaciones, y ha reconocido que no es sencillo, como se pudo comprobar en las elecciones municipales y forales del 28 de mayo. Incluso ha querido reconocer “algunos errores” que ha podido cometer el PNV. Ha apelado de manera directa a los indecisos.
Los jeltzales llegan a esta campaña con un protagonismo renovado por haber conseguido que Pedro Sánchez cumpla sobre la bocina su compromiso con la inversión de 40 millones para activar el Guggenheim Urdaibai. Y llegan también con un portazo categórico al popular Alberto Núñez Feijóo por su programa regresivo en materia de libertades o del modelo territorial, una claridad que era necesaria para el PNV en vista de cómo EH Bildu trata de alentar un acuerdo entre ambos con el argumento de que el PP ha dado Durango y Gipuzkoa a los jeltzales. Fue gratis, en cualquier caso, y también el PSE se benefició de sus votos en Gasteiz. Aunque una legislatura de Feijóo dejaría a EH Bildu sin ninguna influencia política ni capacidad de pacto, el PNV va a primar la coherencia política y no apoyará a quien se presenta con semejante programa. Optará por enderezar la relación con Sánchez, aunque pondrá el listón alto y avisa de que no es muleta de nadie sino que únicamente se debe a su programa y a los intereses vascos.