El PNV pide garantizar la singularidad de las cooperativas en las pensiones o en otra ley

El PNV ha realizado una primera radiografía en profundidad del decreto sobre la reforma de las pensiones de Escrivá, y se han confirmado algunas de sus sospechas. Sobre todo, destaca la ausencia de un régimen que tenga en cuenta las peculiaridades de las personas que trabajan en las cooperativas, un asunto que ya ha subrayado en rojo el grupo que dirige Aitor Esteban en el Congreso de los Diputados por su gran impacto en Euskadi, donde el colectivo asciende a 135.000 personas. Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que el Gobierno español tendrá que solucionar este aspecto en esta reforma, o a través de un compromiso público en otra ley.

¿Qué es lo que plantea el PNV? Reclama que, en el caso de los cooperativistas, los rendimientos netos que determinan la base de cotización a la Seguridad Social sean exclusivamente de trabajo y no del capital. Este debate se arrastra desde hace meses. Las mismas fuentes relatan que, cuando se modificó el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, el RETA, el Gobierno español se olvidó de los cooperativistas, que perciben unas cantidades “salariales, pero también hay unas percepciones de capital por el mero hecho de ser cooperativistas”. “Y no se contemplan sus peculiaridades a la hora de establecer su base de cotización. Lo que pedimos es que se tenga en cuenta la especificidad de las cooperativas. Están afectadas 135.000 personas. Eso, más algunos otros aspectos ligados que el Gobierno entendía, se había comprometido a solucionar y a introducir en este decreto, y al parecer no lo ha hecho. Con lo cual, tendrá que hacerse, si no es ahora, muy próximamente con un compromiso público en otra ley”, zanjan.

El PNV ha puesto sobre la mesa algunas otras cuestiones, como la necesidad de contemplar un tratamiento específico para las Entidades de Previsión Social Voluntaria, que también tienen una afección en las cooperativas si cuentan con una EPSV propia. Es el ejemplo de Lagun Aro. El PNV comparte que se active una reforma para garantizar las pensiones y se está centrando en los cabos sueltos que le ve. Por ejemplo, analiza el impacto que puede tener en las empresas pequeñas y cooperativas.

La apuesta por obtener los ingresos necesarios a través del destope de las cotizaciones en los salarios altos y la cuota de solidaridad puede disparar los costes laborales en el tejido empresarial más modesto y en las propias cooperativas. De por sí, esta medida va a tener un impacto notorio en los costes laborales de Euskadi por tratarse de un territorio industrial donde los sueldos son más altos.

En el caso de las grandes empresas, se supone que deberían tener capacidad para absorber esos costes. Sólo las voces que llegan desde la patronal o desde partidos de la derecha española como el PP están cuestionando en términos generales la reforma y creen que el sistema es insostenible.

LOS APOYOS

El PNV está centrando sus conversaciones en el flanco de los cooperativistas por su amplia afección en Euskadi. EH Bildu, por su parte, ha alcanzado un acuerdo sobre las pensiones de viudedad y las no contributivas, que el PNV cree que es positivo para el Estado pero que en Euskadi no va a tener repercusión porque las pensiones más bajas ya las complementa el Gobierno Vasco a través de la Renta de Garantía de Ingresos y en cantidades superiores a las estatales.

Desde EH Bildu, Bakartxo Ruiz se revolvió ayer contra esta lectura y acusó al PNV de estar “nervioso”, “intentando restar valor siempre a los acuerdos que alcanza EH Bildu”. En Radio Euskadi, aseguró que el PNV tergiversa la verdad y que “miles de pensionistas a los que no se les paga de oficio la RGI se quedan fuera de ese sistema”. Según dijo, la virtud de su acuerdo es que “convierte en estructural el incremento”.

El ministro José Luis Escrivá tiene el camino prácticamente expedito tras el acuerdo con EH Bildu y también con el PDeCAT, que establece una serie de tramos para la contribución de las rentas altas. ERC también recibió con buenas palabras la reforma. En principio, hay margen para presentar enmiendas porque se tramitará como proyecto de ley, aunque el escaso tiempo que le queda a la legislatura y la existencia de un acuerdo previo con la Unión Europea resta margen de maniobra a la tramitación. l