El PNV apoya a González en pleno choque con Maduro por la presidencia de Venezuela

El año 2025 ha arrancado con división de opiniones sobre dos mandatarios, uno muerto y otro vivo. Por un lado, el Gobierno español de Pedro Sánchez y el PP se han enfrascado en su enésima disputa, esta vez, con motivo de los 50 años que han pasado desde la muerte del dictador Francisco Franco y la necesidad o no de celebrarlo como un hito para la democracia. Por otro lado, sigue la discusión sobre si otro mandatario, el venezolano Nicolás Maduro, en este caso vivo, es también un autócrata, si falsificó o no los resultados de las elecciones del 28 de julio, y si tiene legitimidad para jurar nuevamente el cargo este viernes. El PNV inicia el año dejando patente otra vez su rechazo a ambos.

Y lo hará en una semana clave: este miércoles, Sánchez va a presentar en el museo Reina Sofía el programa de actos por los 50 años de “España en libertad” tras la muerte del dictador, un evento en el que tendrá representación el partido jeltzale con su portavoz en el Senado, Estefanía Beltrán de Heredia; y este viernes, el 10 de enero, tendrá lugar el juramento presidencial en Venezuela, y el Euzkadi Buru Batzar, sin medias tintas, se ha pronunciado a favor de Edmundo González Urrutia, porque considera que “la verdad democrática refleja que la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano” determinó que él sea su presidente. Esto supone que el PNV da su apoyo a la oposición en la semana decisiva, a pesar de que Maduro reivindica que el cargo le corresponde a él en virtud de unas actas electorales que no ha publicado. En este delicado contexto, el PNV vuelve a dar un paso al frente.

Aunque en otras circunstancias sería difícil imaginar que alguien mezclara ambos planos, el aniversario de Franco y el juramento de Venezuela, el PP lo ha hecho en un intento de escurrir el bulto por su ausencia de los actos por la muerte del dictador en el Estado español. Su portavoz a nivel estatal, Borja Sémper, presionó este martes para que el Gobierno español acepte a Edmundo González como presidente de Venezuela, y recriminó a Sánchez que “haga oposición a un dictador muerto” cuando, a su juicio, es “más relevante hacer oposición a un dictador vivo”. El PNV vuelve a mostrar su singularidad en este terreno, exhibiendo su rechazo a ambos mandatarios.

Ya el año pasado, el PNV reivindicó que había sido el primer partido vasco en reconocer la victoria de González Urrutia, y se da la circunstancia de que unió sus votos a los del PP para que el Congreso aprobara una iniciativa simbólica en ese sentido, incluso contra el criterio del Gobierno español, con quien mantiene una dinámica de colaboración por el pacto de investidura. Aunque en su momento corrieron ríos de tinta y se especuló con un posible acercamiento entre los jeltzales y los populares, el PNV aclaró que comprendía la posición del PSOE y que el Gobierno español quisiera preservar cierta neutralidad en un momento en que aspiraba a mediar y consensuar una oposición dentro de la Unión Europea. En el Parlamento Vasco, el PNV no pudo intentar una declaración del estilo porque la suma con el PP no alcanzaba la mayoría absoluta.

Comunicado

El 7 de septiembre, González Urrutia salió de Venezuela denunciando que era víctima de una persecución, y fue acogido en el Estado español, pero lleva días inmerso en una gira por América con la intención final de regresar a su país y presentarse al juramento. La tensión puede cortarse con un cuchillo, ya que las autoridades de Venezuela avisan de que será detenido y han llamado a la ciudadanía a salir a la calle para respaldar a Maduro.

El EBB denuncia en un comunicado que, en la misma madrugada del 28 de julio, el Consejo Nacional Electoral “proclamó vencedor a Nicolás Maduro con el 51,2% de los votos frente al 44,2% del opositor Edmundo González Urrutia, sin que, a fecha de hoy, se hayan entregado las actas de escrutinio que avalen dicha victoria”. “Por el contrario, la oposición fue capaz de recabar actas digitalizadas correspondientes a más del 80% del total, arrojando un resultado del 67% a favor de Edmundo González Urrutia frente al 30% de Nicolás Maduro, lo que hace, en la práctica, irreversible ese resultado final. La escasa observación internacional solvente que pudo acudir a las elecciones en Venezuela se ha pronunciado en este mismo sentido”, dijo.

El EBB denuncia que “Maduro acudió al Tribunal Supremo venezolano y solicitó la certificación de su victoria, la cual le fue otorgada mediante un procedimiento sumario” y que, “desde entonces, se han intensificado las persecuciones a personas de la oposición, los arrestos, los asesinatos y las encarcelaciones, que ascienden a más de 2.500”. Ante la toma de posesión que tendrá lugar este viernes para la legislatura 2025-2031, el PNV defiende que el pueblo venezolano tiene “derecho a la democracia”.

“En este sentido, la verdad democrática refleja que la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano determinó que su próximo presidente sea Edmundo González Urrutia quien, de acuerdo a las leyes electorales venezolanas, debe tomar posesión el 10 de enero de 2025”, sostiene, para añadir una “defensa de los derechos humanos en Venezuela, reiteradamente violados”.

“Exigimos el fin de la represión política y la inmediata liberación de todos los presos políticos retenidos ilegalmente en las cárceles del país. Apelamos a un diálogo y a una negociación entre todas las fuerzas políticas venezolanas, para el inicio de una transición política inclusiva en busca de la paz, de la reconciliación, de la unidad, de la defensa de la democracia, de las libertades y del Estado de Derecho en Venezuela, bajo la tutela, el amparo y el acompañamiento de la comunidad internacional”, zanja.

Dos planos

La situación de Venezuela despierta emociones fuertes en el PNV, por la diáspora vasca en el país y los vínculos familiares que tienen varios de sus representantes con ese territorio, precisamente desde los tiempos del exilio a causa del golpe de Estado franquista y la Guerra Civil.

El PP ha puesto el foco en el rechazo a Maduro y ha respaldado la convocatoria de manifestaciones de la oposición, pero obvia el aniversario de la muerte de Franco. Entre los socios del PSOE, a pesar de las reservas sobre esta iniciativa, parece que sí hay una apuesta por dejar claro el rechazo a Franco. Pero es cierto que, en realidad, los 50 años de democracia no empezaron tras su muerte, y puede haber cierto aroma personalista en la iniciativa de un Gobierno que, además, ya quiso pasar a la historia por la exhumación del dictador.