El PNV consolidaría su hegemonía institucional en los tres herrialdes de la CAV, conservando las tres diputaciones forales, y solamente EH Bildu logra aguantar el tirón de los jeltzales afianzándose en segunda posición y distanciándose del PSE, con una ligera caída de los socialistas y un desgaste aún mayor tanto de Elkarrekin Podemos-IU, que llegaría a perder la mitad de sus representantes en el feudo guipuzcoano, como del PP. Según el sondeo de EITB Focus de cara a la cita electoral del próximo 28 de mayo, que también ofrece datos de la Comunidad Foral. En Nafarroa, también el PSN y sus socios parlamentarios podrían seguir gobernando ante el descalabro que sufre UPN, que perdería el 40% de sus apoyos en beneficio de los populares y Vox. La ultraderecha opta además a obtener un escaño en las Juntas de Araba.
Los jeltzales, que se disparan en Bizkaia con 26 escaños, también conseguirían el triunfo en Gipuzkoa. En este territorio, la formación nacionalista consigue mantener su distancia respecto a la coalición soberanista, aumentando ambos su nicho en la misma proporción, un escaño y 1,2 puntos en porcentaje de voto. El PNV, con Eider Mendoza como candidata sustituyendo a Markel Olano, se alzaría con 21 escaños (37,1% de respaldo) y EH Bildu, encabezada por Maddalen Iriarte, rubricaría 18 asientos (33,1%). El PSE retendría sus actuales 9 junteros, aunque descendería 1,4 puntos en intención de voto (15,9%). La marca morada apenas conservaría 2 junteros (7,8% de las papeletas) y el PP salvaría su único representante, bajando 0,6 puntos. Vox, con el 1,4% de los votos, se quedaría fuera de la institución guipuzcoana.
En Araba, el PNV mejoraría sus resultados y el cabeza de lista, Ramiro González, se acercaría a su tercer mandato gracias al 31,7% de las papeletas, dos puntos más que en la anterior cita con las urnas, que se traducirían en 19 escaños, dos más, aunque el segundo de ellos estaría en el aire. Los jeltzales aumentarían su ventaja en actas sobre EH Bildu, que sería, no obstante, la fuerza política con mayor crecimiento en porcentaje de votos (con un 23,6%, 2,5 puntos más) y 13 procuradores, uno más. El PSE, que se dejaría un punto atorándose en el 18% de los sufragios, entregaría un acta y se quedaría con 9, pero con la opción de sostener ese que tiene en juego. PP y Elkarrekin Podemos serían las formaciones que sufrirían la caída más pronunciada. En concreto, los populares sellarían 7 escaños, uno menos que en 2019 y con una sangría de 1,3 puntos (13,8%), y los morados registrarían 3 junteros, perdiendo uno y rascando el 8,6% de votos (1,4 puntos menos). Finalmente, Vox lograría un crecimiento en papeletas casi proporcional a la caída del PP, es decir, de un punto (tendría el 2,4% de los votos totales), y se quedaría a las puertas de obtener un escaño.
PARLAMENTO FORAL
En Nafarroa, UPN sufriría un duro castigo pese a ser la marca más votada y sacando el menor número de escaños de su historia (12) por lo que las fuerzas de la izquierda, con el PSN al frente, podrían volver a hacer presidenta a María Chivite. Los regionalistas tendrían el 23,1% de los votos, mientras que hace cuatro años, junto a PPN y Ciudadanos en la coalición Navarra Suma, se auparon hasta el 36,6% y 20 escaños. Ahora, concurriendo por separado, se quedarían en 18 asientos: 12 de UPN más 6 del PPN (11,9%). La derecha igualaría aquellos números con los 2 representantes de Vox, que irrumpiría con el 4,4% de papeletas.
Los socialistas obtendrían 10-11 parlamentarios (18,9%, 1,7 puntos menos) y Geroa Bai apunta a tercera, con 9 actas (16,7%), contexto que deja la gobernabilidad en manos de EH Bildu, que crecería un escaño, firmando 8 con el 15,1% de votos. Podemos e Izquierda-Ezkerra, en coalición bajo el nombre de Navarra Contigo, se harían con 3 asientos (6,3%), los mismos que lograron por separado.