La trainera de Imanol Pradales ha ganado la competición a pesar de la ola de EH Bildu, que ha convulsionado el mapa político tras engordar a costa del voto de Podemos, desaparecido del Parlamento. Aunque el PNV ha empatado a 27 escaños con EH Bildu, se ha situado a casi tres puntos de diferencia de la coalición en porcentaje de apoyos y casi 30.000 papeletas de distancia, y ha logrado batir las previsiones de las encuestas, que auguraban en sus últimas entregas un sorpasso de la coalición. Además, la suma con el PSE, con quien gobierna en las principales instituciones, vuelve a arrojar una mayoría absoluta de 39 representantes que pone al alcance de su mano una legislatura plácida si logran renovar su alianza, aunque quizás con mayor exigencia de los socialistas porque ellos sí han crecido en escaños. El candidato jeltzale a lehendakari se había fijado en campaña el objetivo de ganar en votos y en escaños para disipar las tentaciones del líder del PSOE, Pedro Sánchez, de pactar con EH Bildu. La victoria en porcentaje de voto le da oxígeno en un contexto donde, en las últimas horas, ya parecía inverosímil que los socialistas cambiaran de pareja de baile y se aliasen con EH Bildu tras la polémica intervención del candidato Pello Otxandiano negándose a calificar a ETA como organización terrorista. La legislatura será estable desde ese punto de vista, pero con EH Bildu crecida.
Teniendo en cuenta las expectativas de Bildu, el atropellado relevo de Urkullu y el desgaste de la crisis sanitaria y la inflación, el resultado se ve como una gesta. Es cierto que, si se toman como referencia las autonómicas de 2020, la comparación no aguanta, porque los jeltzales se situaron en cotas prácticamente históricas por el voto refugio hacia sus siglas en plena pandemia del coronavirus. Lograron 31 representantes y 349.960 votos, 100. 000 más que EH Bildu, y un 38, 7% de papeletas. Ahora pierden 4 actas y Bildu gana 6. Paradójicamente, con menos participación que ahora, con menos votos, en 2020 logró más escaños. Ahora tiene 370.554. Pero lo que se toma como referencia en el PNV es el último ciclo electoral. Y ahí la comparación es alentadora. El PNV se sitúa por encima del 35% de voto, en el 35,22%, lo que supone frenar la caída electoral con respecto a las municipales y forales, donde obtuvo cerca de un 32% y poco más del 35%, respectivamente. Las caras de alivio en Sabin Etxea lo decían todo en la noche del domingo porque han batido las previsiones de las encuestas y han evitado el peor escenario, la derrota en escaños y votos. El PNV nunca ha perdido en votos y solo fue superado en escaños en 1986 por el PSE, tras la escisión de Eusko Alkartasuna. Todo ello, a falta de recontar el voto de los residentes en el exterior, que podría tener su importancia y se conocerá a finales de semana. Es evidente que el resultado no deslumbra para un partido que ha sido imbatible y claramente hegemónico, pero la sensación en el cuartel general del PNV es que les han faltado días para entrar en un punto de inflexión y comenzar la recuperación electoral.
Ahora logra 27 actas y 28.819 votos de diferencia con Bildu. Solo gana en Bizkaia aunque se deja un escaño (logra 11) y Bildu crece hasta los 8, cuando en 2020 los jeltzales duplicaban a la coalición. En Gipuzkoa, el PNV queda en segunda plaza, con 9 asientos, uno menos; y en Araba también queda segundo, con dos actas menos, 7 representantes.
En directo
Última actualización 23:37
Así les hemos contado esta jornada electoral en Euskadi. Gabon.
Pedro Sánchez ha dado la enhorabuena a Pradales y ha celebrado el resultado de los socialistas vascos.
Alba García, la candidata de Sumar, se ha mostrado satisfecha con los resultados en unos comicios "muy complicados y polarizados" y ha garantizado a quienes han votado "a todas las fuerzas progresistas" que trabajarán para conseguir un giro a la izquierda.
El candidato a lehendakari del PP vasco, Javier De Andrés, ha considerado que en las elecciones autonómicas los populares han conseguido su principal propósito, que era crecer en porcentaje, votos y escaños. El candidato ha resaltado el crecimiento de PP en Euskadi, con el que ha comenzado, ha dicho, "la recuperación y el reposicionamiento del PP en el País Vasco".
Pello Otxandiano ha recordado que Bildu tiene ahora seis escaños más y ha asegurado que "vamos por el bueno camino y vamos rápido". El candidato de Bildu ha recordado que han obtenido los "mejores resultados" de su historia. "Tenemos que cambiar las políticas públicas", ha señalado Otxandiano.
La coordinadora general de Elkarrekin Podemos, Pilar Garrido, ha reconocido los "malos resultados" y ha afirmado que asumen el "duro golpe", al tiempo que ha defendido que seguirán "trabajando", porque su proyecto es "muy importante para el futuro de este país".
Eneko Andueza ha brindado el resultado obtenido por los socialistas vascos al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y ha destacado que el resultado servirá para "garantizar políticas progresistas en Euskadi".
Arnaldo Otegi ha felicitado a Otxandiano y asegura que "a nivel de Euskal Herria somos la primera fuerza".
"Trataré de conformar un gobierno que esté formado por mujeres y hombres de solvencia contrastada. Defenderé a toda la sociedad vasca. Daré todo por Euskadi", afirma Pradales.
"Felicito a la sociedad vasca por haber celebrado estos comicios con total normalidad", dice Pradales.
"Hauteskundeak Irabazi egin ditugu", comienza diciendo Pradales.
Ortuzar ha querido dar también las gracias al lehendakari Iñigo Urkullu.
Andoni Ortuzar, presidente del EBB, ha dado las gracias a la sociedad vasca por "su confianza" y ha asegurado que el PNV gobernará para todos. "Será un Gobierno plural", afirma Ortuzar.
Ortuzar comparece junto a Pradales en directo desde Sabin Etxea.
Toda la ejecutiva del PNV, junto con el aspirante a la Lehendakaritza, Imanol Pradales, y el lehendakari Iñigo Urkullu, ha seguido el recuento en la sede de Sabin Etxea
Militantes del PNV que esperan en la sede de la formación jeltzale en Bilbao a los dirigentes del partido reunidos para el seguimiento de los resultados de la jornada electoral, esperan a que comparezca el candidato a lehendakari al grito de: "ari, ari, ari, Pradales Lehendakari".
En Bizkaia se ha impuesto claramente el PNV al conseguir 11 parlamentarios. Bildu ha logrado 8, el PSE 4 y el PP, 2.
Por territorios
La participación ha subido, aunque no ha llegado al 65% que pedía el PNV en la creencia de que le hubiera beneficiado, ya que EH Bildu tiene el voto más prieto y movilizado y, con poca participación, lograría más escaños. El porcentaje se quedó en un 62,55%, e incluso por debajo en Gipuzkoa, precisamente donde EH Bildu tiene una mayor fuerza, y Araba, el territorio menos poblado y donde hacen falta menos votos para sacar un escaño. En ambos casos era día de partido de fútbol, como se comentaba con preocupación antes del recuento. El PNV gana en Bilbao y Donostia, y pierde en Gasteiz. Pradales ha ganado en Portugalete, el municipio donde reside, y en Santurtzi, donde nació.
Las elecciones han arrojado un mapa político inédito. Nunca antes la izquierda abertzale había disputado de manera tan clara la hegemonía al PNV, con la excepción de las generales del año pasado, donde se quedó a 1.100 papeletas. Ni siquiera se quedó tan cerca en 2012, en un momento de euforia tras su legalización, donde se quedó a seis escaños de Iñigo Urkullu. Esta es una nueva realidad que tendrá que gestionar el PNV, tanto a nivel interno para recuperar el terreno, entrar en curva ascendente y evitar un sorpasso en las elecciones municipales y forales dentro de tres años; como a nivel externo, en su relación con la oposición. El PNV salvará probablemente la investidura con el apoyo del PSE, pero el problema podría llegar dentro de tres años si EH Bildu está en condiciones de ofrecer a los socialistas una mayor cota de poder institucional y si, además, el pasado de ETA va quedando cada vez más atrás.
El PNV ha hecho de todo en campaña para dar con la fórmula que permitiera movilizar a la ciudadanía. Ha hecho autocrítica sobre Osakidetza y valora con muy buenas palabras el desempeño de su candidato. En los pasillos de Sabin Etxea, un burukide comentaba que "si perdemos estas elecciones, no será por Imanol". Desde el PNV creen que se ha multiplicado y que pocos hubieran mostrado tanta intensidad como él y hubieran acudido a un debate televisivo ciego de un ojo y tan solo dos horas y media después de ser atacado con un espray de pimienta. En ámbitos jeltzales creen que la campaña ha sido extraña y que la atención se ha disipado por la agenda lúdica de las vacaciones de Semana Santa y la copa del Athletic, y en los últimos siete días sí detectaron una activación muy potente de su electorado, pero estos días se les han quedado muy cortos. Además, no han tenido tiempo suficiente para recuperarse del descontento que se arrastra en algunas plazas a nivel municipal y que ya quedó patente en las elecciones locales y forales del año pasado, donde se quedaron en unos 322.000 votos a nivel municipal (aproximadamente el 32%, y a unos 26.000 votos de EH Bildu), y 348.000 a nivel foral (un 35%, a unos 60.000 sufragios de la coalición).
La campaña
Pradales ha tratado de contraponer en campaña los modelos del PNV y EH Bildu y alertar de que no se podría poner en riesgo lo conseguido, aunque por lo visto ese temor a la gestión de la coalición abertzale no moviliza tanto como antes. Pradales había puesto sobre la mesa sus propias iniciativas, como la ampliación de las ayudas por hijo hasta los 7 años o 10 en casos de familias monoparentales o numerosas, y una línea de avales para comprar vivienda, entre otras. No ha utilizado para la confrontación el pasado de ETA que parece que ya va quedando atrás, salvo cuando Pello Otxandiano provocó la polémica radiofónica. Pradales se había centrado en contraponer modelos con las propuestas de futuro, y le afeó que cuestionara la desgravación por vivienda, y que planteara un programa piloto de "patrulla desarmada" para la Policía, por ejemplo.
La investidura podría ser a mediados de junio, cuando pasen las elecciones europeas del 9 de junio, y en ella, en principio, Imanol Pradales no debería tener problemas para ser investido en primera votación con el PSE, o en segunda votación por mayoría simple ya que, aunque el resto de partidos se opusiera, en este trámite no se puede votar en contra sino que únicamente pueden votar a sus propios aspirantes o hacerlo en blanco.