Por segundo año consecutivo, el PNV tendrá que posponer la fiesta del Alderdi Eguna por el coronavirus. El tradicional encuentro multitudinario con la militancia del último domingo de septiembre en las campas de Foronda se limitará otra vez este año a un acto político, sin txosnas ni disko-festa, y con un acceso restringido, de manera que no estará abierto a la afiliación.
La cancelación no será total y se preservará el acto político porque el PNV cree que como partido mayoritario que gobierna las principales instituciones vascas tiene muchas miradas encima y buena parte de la sociedad querrá conocer cómo enfoca el nuevo curso, pero no habrá fiesta por responsabilidad. Aunque los datos de la transmisión del coronavirus hayan mejorado e inviten a cierto optimismo, el PNV se vuelve a inclinar por la ejemplaridad en un momento en que está pidiendo que no se celebren fiestas ni concentraciones donde sea complicado guardar las medidas de prevención.
"Será el no-Alderdi, sin txakoli ni talo", resumió el presidente de la Ejecutiva jeltzale, Andoni Ortuzar, en la entrevista concedida a Onda Vasca. Explicó los planes del PNV para el domingo 26 de septiembre. "Celebraremos el Alderdi Eguna cumpliendo a rajatabla la normativa que esté en vigor en ese momento. A día de hoy es imposible prever que vaya a haber una fiesta. Habrá un acto político, porque hay mucha gente en la sociedad que tiene la vista puesta en nosotros y que está pendiente de cómo enfoca el partido líder del país el futuro tan complejo que nos viene. Le tenemos que dar a la sociedad esa posición política, pero la fiesta tendrá que esperar. Ni txakoli, ni talo", sentenció.
Fuentes de la Ejecutiva del PNV consultadas por DEIA aseguran que el acceso será restringido y, por lo tanto, no van a poder estar sus casi 30.000 afiliados. "Por desgracia, no va a estar abierto a la afiliación", detallan. Ya el año pasado, el PNV canceló la fiesta y se inclinó por un acto político muy sobrio, con apenas un puñado de cargos del partido en un solar totalmente vacío. Los jeltzales aprovecharon el acto político para realizar un llamamiento de unidad.