Bizkaia

El Pobal convierte su fragua en personaje de la narración de cuentos infantiles

La teatralidad es una parte importante de la narración de los cuentos, que deben ser divertidos.

"Antiguamente en las casas de nuestras amamas los cuentos se contaban al calor de la lumbre porque antes siempre había un fuego en las casas donde se preparaba el puchero y donde la gente se reunía para comer y para hablar. Y ahí al calor de la cocina es donde los niños y las niñas les pedían a los aitites y amamas que les contaran un cuento", explicaba el cuentista Joaquín Ponte a una menuda audiencia enmudecida por el espacio escénico de la fragua de la ferrería de El Pobal donde las llamaradas y las cenizas en el aire eran un personaje más. Elementos añadidos a esta experiencia, Cuentos al calor de la fragua, pergeñada por las responsables del museo ferro-molinero que tendrá continuidad el próximo domingo 13 de marzo con las niñas como protagonistas de las narraciones que acercará Bego Gómez, que junto a Ponte forman Alabazan Narración Oral.

"Aún no tengo decidido las obras sobre las que me basaré para la jornada pero seguro que estarán llenas de niñas que se hacen valer, que echan para adelante ante los problemas", comentaba Gómez poco antes de que su compañero de fatigas comenzara la segunda de las sesiones que ayer domingo hicieron disfrutar a cerca de 60 niños, niñas y sus adultos acompañantes.

Tres fueron las narraciones que se encadenaron a lo largo de más de una hora en el mágico ambiente de la ennegrecida y "viejuna" fragua –como la calificó al anfitriona, Marta Zabala– y que hicieron las delicias de los asistentes: el cuento popular de La Cenicienta (aquí el Ceniciento, libérrimamente adaptado de la obra homónima de Laurence Anholt) y El príncipe Valiente y El Gigante egoísta, de Oscar Wilde.

Complicidad

"Hoy día con la sobredosis de pantallas que tenemos, el cuento adquiere una gran relevancia porque es un instrumento que da importancia a las personas, a la cercanía, a su interacción, a sus miradas, a sus gestos a la voz, a la complicidad porque no hay que olvidar que contar un cuento da lugar también a una expresividad próxima a la teatralidad donde destaca la imaginación", apuntaba Joaquín Ponte que ayer domingo utilizó al Athletic Club –como referente cercano a los oyentes– para ahondar en los desaires que sufre el pequeño Ceniciento a manos de su padrastro y de sus hermanastros. "Como tú no vas a venir a ver el partido vas a tener mucho tiempo para hacer cosas en la casa pero antes nos tendrás que poner unos bocadillos de tortilla patatas", le espetaban al pobre Ceniciento.

"El cuento es un elemento de cercanía que además, aunque se trate de un tema serio o dramático, debe ser divertido y buscar la complicidad y el desafío de ir haciendo tu la imagen de lo que se está contando, visualizarla, imaginarla", señalaba Ponte mientras Bego Gómez incidía en la importancia del "Cuéntame un cuento" como una "reclamación" del menor a los adultos para que "le cuentes un cuento a él, con su propias referencias, incluso con retazos de sus propias experiencias, lo que siempre es un plus para el oyente y un factor para que atiendan y escuchen con atención".

Algo que ayer domingo se apreciaba en El Pobal donde los menores atendían atentos a la aterciopelada voz de Joaquín y a sus medidos aspavientos que realzaban el discurso narrativo. "La verdad es que es muy gratificante cuando les ves así tan enganchados a la historia aunque nos da mucha pena no poder ver sus caritas con esto de la mascarilla", coincidieron Bego y Joaquín, miembros de la compañía Alabazan.

15/02/2022