El buenismo con el que Alberto Núñez Feijóo desembarcó en la presidencia del PP es historia. En su guerra sin cuartel contra el Gobierno de Pedro Sánchez, desde Génova se ha retomado el cariz que empleaba Pablo Casado en sus discursos en el hemiciclo, una vez que las relaciones entre el Gobierno y el principal partido de la oposición han implosionado tras la ruptura del principio de acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El tono bronco, en cierto modo belicoso, de los populares se ha plasmado hoy en la sesión de control en el Congreso, donde han aparcado su alegato económico para tratar de sacar usufructo del mantra del procés, acusando al Ejecutivo de estar entregado a los "líderes golpistas", de confabular con el exiliado Carles Puigdemont y de fabricar las leyes en los cuarteles políticos de Esquerra.
Arrancó la matinal la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, con una insinuación con olor a naftalina en su pregunta hacia Sánchez: "¿Quién es ese nuevo señor X del PSOE que fue a ver a Puigdemont? ¿Quién ha ido a negociar el Código Penal a la medida de los líderes golpistas? ¿Quién ha ofrecido que las leyes en España se redacten en la sede de ERC?", se ha despachado esta mañana la dirigente conservadora, para añadir, sin pruebas, que esa persona "lo hizo siguiendo las órdenes" del presidente del Gobierno. Poco después ha seguido sus pasos el secretario general del Grupo Popular, Carlos Rojas, que ha interpelado a la vicepresidenta Nadia Calviño: "¿Fue usted la encargada de negociar en Waterloo con un prófugo de la Justicia? Si no fue usted, ¿sabe quién del Gobierno fue?". Misma cuestión le ha planteado la presidenta del PP de Baleares a la ministra Teresa Ribera, así como la diputada del PP Sandra Moneo a la portavoz socialista Pilar Alegría. A su vez, la portavoz de Interior popular, Ana Vázquez, ha echado en cara al ministro Fernando Grande-Marlaska que Moncloa "pacte el delito de sedición" con sus socios, que están "saltándose la Constitución", a lo que el titular de Interior le ha respondido que el PP "tiene secuestrado a uno de los poderes del Estado" y se ha "rebelado" contra la propia Carta Magna. "Feijóo ha cambiado la cara, pero no ha cambiado las formas", ha zanjado la responsable de Industria, Reyes Maroto.
"El señor Feijóo tiene palabra, principios políticos y conciencia, usted no, y esa es la diferencia", ha espetado Gamarra a Sánchez, quien ha reclamado al PP que cumpla con la Constitución afeándole que no tenga argumentos en su posición respecto a la fiscalidad, la excepción ibérica o las ayudas al transporte, y de dedicarse únicamente a descalificar. "Dicen que solamente hay un Gobierno legítimo cuando es del PP, que se cumple la Constitución a su conveniencia y que un español es un buen español cuando es del PP. Basta ya y cumplan con la Constitución", ha conminado enérgicamente el líder del PSOE, a quien la portavoz popular ha avisado de que mantener las mayorías para elegir el CGPJ garantiza "la no intromisión" en el Poder Judicial.
Mayorías para renovar el Poder Judicial
En este contexto, el Gobierno español no contempla en este momento acometer una reforma legal para rebajar la mayoría necesaria para renovar el CGPJ. Por el contrario, insiste en trasladar la presión al partido de Feijóo y además indican que van a esperar al órgano de gobierno de los jueces antes de acometer sus dos nombramientos de magistrados del Tribunal Constitucional. Desde Unidas Podemos han demandado de nuevo al PSOE cambiar ese sistema de mayorías. En concreto, su portavoz, Pablo Echenique, ha señalado que quieren negociar con los socialistas recuperar la reforma para rebajar las mayorías asegurando que existen votos suficientes en el Congreso para acometer este cambio y superar el bloqueo del PP. Desde el Ejecutivo aprecian un PP radicalizado tras haber cometido numerosos errores en las últimas semanas y que todas las encuestas muestren que Feijóo lleve una tendencia a la baja. Y es que Génova no da tregua. El vicesecretario de Institucional, Esteban González Pons, ha advertido a Sánchez de que si "regala" a ERC, Bildu y Puigdemont la mayoría para renovar el CGPJ estará llevando a cabo la "penúltima traición" a la Constitución. Todo apunta a que no será la última vez que el PP emplee este argumentario como escudo.