El precio máximo de venta al público de la bombona de butano bajará un 3,2% a partir de este martes, hasta los 16,14 euros, cortando así la serie de tres repuntes consecutivos encadenados en las últimas revisiones bimestrales, según una resolución publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Además, tras 11 bimestres, es la primera revisión en la que no se aplica la limitación en el precio máximo antes de impuestos de 19,55 euros establecida por el Real Decreto-Ley 11/2022, de 25 de junio, y prorrogada por última vez por el Real Decreto-ley 8/2023. Este precio máximo se alcanzó por última vez en la revisión del 19 de septiembre de 2022.
En concreto, la reducción de esta última revisión se debe a la caída en la cotización de las materias primas (-6,6%), así como a la leve apreciación del euro frente al dólar (+0,5%) en los dos últimos meses y en el coste de los fletes (+0,5%), según informaron en fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
El precio máximo de venta de los gases licuados del petróleo envasados (GLP) en envases de entre 8 y 20 kilogramos -la tradicional bombona de butano- no se encuentra liberalizado. Su valor se revisa bimestralmente el tercer martes del mes, por resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas.
Esta revisión bimestral se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Asimismo, la revisión del precio, al alza o a la baja, está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones.
El gas licuado de petróleo (GLP) envasado es una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.
En la actualidad, anualmente se consumen 64,5 millones de envases de GLP de distintas capacidades. Se trata de un combustible en retroceso: desde 2010 hasta 2021, el consumo total de GLP envasado ha descendido más de un 25%.