La luz fue en la primera mitad de octubre un 26,6% más barata que en el mismo periodo de 2023, indica un informe publicado ayer viernes, algo que los entendidos en la materia explican que se debe a la continua entrada de borrascas y viento desde principios de septiembre. Ello ha permitido que la eólica mantenga un promedio de generación mucho más elevado de lo usual para esta época del año en el Estado español.
En la mitad de este mes de octubre, el precio diario de la luz en el mercado mayorista español (pool) se redujo un 9% desde septiembre, hasta situarse en 66 euros/MWh. Esta rebaja obedece al impulso de la generación eólica, que ha crecido un 147% en el periodo, según los analistas de Grupo ASE.
En septiembre superó en un 17,8% su promedio de los últimos cinco año y, en lo que llevamos de octubre, está un 17,4% por encima de ese promedio. De este modo, la eólica está generando una media de 191 GWh diarios y lidera el mix eléctrico, aportando un 28,7% del total de la electricidad producida en el Estado. Le sigue la nuclear, con el 22,9%.
Por su parte, la inversión fotovoltaica ha crecido un 20% en el último año y alcanza 29.376 MW instalados; en los próximos meses es previsible que supere a la eólica (31.620 MW) como primera tecnología en potencia instalada, según ASE.
Para lo que resta del mes de octubre, los analistas señalan que los precios estarán “contenidos” durante los próximos días, pero a partir del lunes de la semana que viene entrarán en una tendencia alcista con precios por encima de los 100 euros/MWh, por la previsible moderación de la generación eólica en esas fechas.
El avance de la eólica y la fotovoltaica está transformando el mercado eléctrico, con unos precios cada vez más dependientes de estas tecnologías. Sin embargo, estas fuentes de energía están muy condicionadas por la climatología, lo que impacta en la volatilidad y en la curva de precios horaria.
El coste de la energía se fija en un mercado competitivo (pool) donde las diferentes fuentes de energía ofertan la electricidad para satisfacer la demanda prevista con un día de antelación. Como el coste del viento es cero, los productores de energía eólica pueden ofertar la electricidad a un precio más bajo que otros. Por eso, el precio del mercado eléctrico baja los días de más viento, al desplazar a tecnologías con combustibles más caros.