Los coches con motores diésel han sido tradicionalmente una buena opción para ahorrar dinero en combustible. Eran algo más caros pero lo compensaba el hecho de que el combustible fuera más barato. Las directrices de la Unión Europea para acabar con los combustibles fósiles y acelerar la electrificación, además de la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania han disparado su precio y las perspectivas no son nada halagüeñas para los conductores que utilizan este combustible en sus vehículos.
El diésel o gasóleo siempre ha sido céntimos más barato que la gasolina pero ahora se ha dado la vuelta a la tortilla y tras estar más o menos a la par, actualmente el diésel A está unos 5 céntimos de media más caro que la gasolina. La última semana de enero el precio de la gasolina sin plomo de 95 se situaba en una media de 1,63 euros el litro, mientras que el precio medio del diésel era de de 1,68 euros el litro. Y en muchas gasolineras la diferencia supera ya los 8 céntimos. La cotización internacional de los productos refinados del petróleo se ha incrementado mucho más en el caso del diésel que en el de la gasolina. Además la oferta es menor por la guerra en Ucrania. A ello se suma que la demanda también es alta, sobre todo con los rigores del invierno, ya que todavía se emplea gasóleo para la calefacción de muchos hogares y en muchos procesos productivos industriales.
Lejos de posibles bajadas las previsiones, si se mantienen las actuales circunstancias, las previsiones de los expertos son que las distancias se mantengan. Incluso que se incrementen.
La razón es que a partir del próximo 5 de febrero entra en vigor la prohibición europea de comprar cualquier producto petrolífero ruso, una medida que se une al embargo del crudo de Rusia que llega por barco y al límite del precio de 60 dólares al barril.
Pero esta nueva prohibición de la Unión Europea tendrá un efecto en el mercado de los carburantes, según fuentes del sector de las estaciones de servicio, sobre todo porque Europa todavía depende en gran parte de Rusia para abastecerse de diésel. Hasta la invasión en Ucrania, la UE compraba a Rusia el 44% de todo el diésel que consumía.
En este contexto, el precio del litro de gasolina es un 7,6% más caro que hace un año, mientras que en el caso del gasóleo o diésel el precio es un 20,2% superior, lo que demuestra la fuerte tendencia alcista del diésel. Las nuevas sanciones a Rusia a partir del 5 de febrero pueden repercutir sobre el precio y encadenar nuevas alzas.
Las principales petroleras descartan, sin embargo, cualquier problema de suministros, que consideran garantizado en todas las estaciones de servicio.
Europa plantea retrasar el fin de los coches de gasolina y diésel
Con este panorama no es de extrañar que, por primera vez, la Unión Europea se haya planteado retrasar el fin de los coches diésel y de gasolina, por lo que podría atrasarse la fecha inicial de 2035, en la que estaba prevista la prohibición de la venta de coches con motor de combustión interna. Bruselas analiza en esta nueva situación geopolítica y de crisis energética retrasar esa fecha definitiva por los numerosos problemas que conlleva.
La medida aprobada por el Consejo de la Unión Europea incluía una cláusula de revisión en 2026.