José Luis Mendilibar va a cumplir este viernes un mes al frente del Deportivo Alavés y, pese a que aceptó la oferta babazorra consciente de la dificultad del reto y, sobre todo, de que no tendría mucho tiempo para conseguir una reacción –certeza que él mismo ha admitido en rueda de prensa varias veces–, lo cierto es que, tras sus primeros cuatro partidos como albiazul, los resultados y, en especial, el juego del equipo han evidenciado que si algo necesita en estos momentos el técnico de Zaldibar, es precisamente detener el cronómetro.
Hasta ahora, con el vizcaíno en el banquillo, el conjunto vitoriano ha caído hasta la penúltima posición de la tabla después de haber cosechado dos empates (Real Sociedad y Athletic) y dos derrotas (Real Betis y FC Barcelona).
Un rendimiento, en cuanto a números, insuficiente, pero también comprensible teniendo en cuenta que, salvo por los culés, que ofrecieron el domingo una de sus versiones más pobres, ha sido un inicio extremadamente exigente. Además, tampoco se debe olvidar que Javi Calleja, sin ir más lejos, arrancó el curso con cero puntos en cinco jornadas.