El primer ministro irlandés, el centrista Micheál Martin, ha presentado este sábado su dimisión del cargo para dar relevo al frente del Ejecutivo de coalición a su viceprimer ministro, el democristiano Leo Varadkar.
Con este cambio de poder inédito en Irlanda, los dos grandes partidos nacionales, el Fianna Fáil y el Fine Gael -rivales desde la Guerra Civil (1922-1923)-, cumplen con el acuerdo de gobierno alcanzado tras las elecciones generales de 2020, ganadas por el nacionalista Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA.
En virtud de este pacto, Martin asumirá el puesto de viceprimer ministro y Varadkar el de "Taoiseach" (primer ministro), mientras que el Gobierno, que incluye al Partido Verde, será también ligeramente reestructurado para dar continuidad y estabilidad a la coalición hasta los comicios previsto para 2025.
El líder del Fianna Fáil, de 62 años, presentó su dimisión ante el presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, quien espera ya a Varadkar, de 43 años, para refrendarlo en su nuevo cargo en un acto previsto para después de las 13.00 horas GMT, tras una votación de investidura en la Cámara Baja de Dublín (Dáil).
Antes de llegar al palacio presidencial, Martin declaró en un vídeo colgado en su perfil de Twitter que servir como Taoiseach ha sido el "honor mi vida".
"Espero con ilusión la segunda fase de este Gobierno. Hemos hecho mucho en la primera fase, pero todavía queda mucho por hacer", agregó, en referencia, por ejemplo, a la grave crisis de vivienda que atraviesa el país o al repunte del coste de la vida.
Cambio de silla
Atrás deja una legislatura de poco más de dos años marcada, sobre todo, por la pandemia de coronavirus y el Brexit, con la opinión generalizada de que su gestión de la crisis sanitaria y el divorcio de Londres y Bruselas ha sido exitosa.
Con esta imagen de "gestor fiable", Martin asume ahora el puesto de viceprimer ministro y, según los observadores, también ocupará la cartera de Asuntos Exteriores, cargo que ya desempeñó entre 2008 y 2011.
En este ámbito, deberá reforzar la diplomacia con el Reino Unido para encauzar las negociaciones que mantienen Londres y Bruselas sobre el Protocolo del Brexit para Irlanda del Norte, un asunto que ha deteriorado en los últimos años las relaciones entre Irlanda y el Reino Unido.
Varadkar, por su parte, deberá hacer frente a la crisis de vivienda, agravada por la llegada de miles de refugiados de la guerra en Ucrania, y al aumento de la inflación y el coste de la vida, al tiempo que su propio partido comienza a dar muestras de nerviosismo ante la proximidad de las elecciones generales de 2025.
A este respecto, el Sinn Féin, que mantiene su popularidad en las encuestas, seguirá presionado a la coalición para que adelante esa cita con las urnas, pues sostienen que este relevo de gobierno en Irlanda es puramente cosmético y el país necesita un cambio más profundo.