Un gol en el minuto 91 de un tal Zarfino dejó, de momento, al Eibar sin ascenso. Ahora tendrá que jugárselo a una carta en un playoff muy complicado en el que, primero, tendrá que vérselas con el Girona, y más tarde, con el ganador de la eliminatoria entre Las Palmas y el Tenerife. El conjunto armero tratará de dar el primer paso en Montilivi este jueves a las 19.00 horas. La vuelta se jugará el domingo a las 18.30 horas con Ipurua como escenario.
"El vestuario está destrozado", comentó Gaizka Garitano en sala de prensa. Y no es para menos. El Eibar tenía el ascenso directo en la mano tras una temporada para enmarcar. Llegaba a esta última jornada con todo a favor. Le bastaba sumar un punto en el campo del Alcorcón, un equipo que llevaba descendido desde finales del mes de abril. Pero los nervios le jugaron una mala pasada al conjunto eibarrés. Pese a todo, en el minuto 90 era equipo de Primera División. Sin embargo, la situación sufrió un giro de 180 grados con el tanto de Giovanni Zarfino. El centrocampista uruguayo acertó a rematar un buen centro de Hugo Fraile desde la derecha para batir a Cantero. Era el minuto 91 y ese tanto supuso un mazazo en la moral de los jugadores, de los aficionados que se habían acercado hasta el estadio municipal de Santo Domingo, y de los seguidores que se quedaron en Eibar.
El principal candidato al ascenso se quedaba fuera del mismo, ya que los otros resultados que podía colocarle en Primera División tampoco le beneficiaron. El Valladolid estaba ganando con solvencia al Huesca, mientras que el Almería, con más sufrimiento que otra cosa, estaba empatado en Leganés. Esa derrota en Alcorcón unida a los resultados de Zorrilla y Butarque condenaba al Eibar a un playoff ni esperado ni deseado.
Porque antes de esa última jornada, en muchas de las quinielas aparecía el Eibar como el principal candidato al ascenso. A lo largo de la fase regular no había dado ningún motivo para no creer en él. Sus números estaban siendo para enmarcar. Su tramo final también invitaba al optimismo porque de los cinco partidos había sumado cuatro victorias (Málaga, Zaragoza, Leganés y Tenerife) y una única derrota, la cosechada en casa frente al Valladolid. Resultados que le habían hecho llegar a la última jornada del campeonato de mano, dependiendo de él mismo frente a un rival desahuciado desde hace muchos meses y que únicamente había ganado un partido de los últimos seis jugados, el disputado en La Romareda el pasado 8 de mayo.
Sin embargo, el Eibar no supo jugar sus cartas. Quizá un planteamiento demasiado conservador tampoco ayudó. Y ahora tendrá que pelear por la última plaza de ascenso que queda en juego con otros tres equipos de un importante pedigrñi. La primera oportunidad llega este jueves en Montilivi ante el equipo en el que juega Cristhian Stuani.
Dos victorias ante el equipo gerundense
Aunque las estadísticas están para romperse, tal y como se ha demostrado en este último partido de la fase regular, los números del Eibar frente al Girona invitan al optimismo. En los dos enfrentamientos de Liga, los de Gaizka Garitano han salido vencedores. Se impusieron en Ipurua por un claro 4-2 con tantos de Javi Muñoz, Stoichkov, Sergio Álvarez y Tejero, y también lo hicieron en Montilivi gracias al solitario tanto del máximo artillero del equipo eibarrés esta temporada, Stoichkov, que ha marcado 22 txitxarros.