¿Cómo de ordenado deja usted a su sucesor el debate del nuevo estatus de autogobierno?
Con la discreción y la prudencia que pedí a todos cuando arrancó este proceso, estoy satisfecho. Estamos poniendo las bases para que pueda haber una cosa importante. Reconozco la disponibilidad, cercanía y empatía con que los otros dos partidos principales están respondiendo.
¿PSE y EH Bildu?
Exactamente, sí.
¿Hay algún principio de acuerdo, por ejemplo, sobre el reconocimiento nacional?
Las cosas van muy bien. Bueno, van bien, vamos a decir. Pero hasta que no se cierre el último capítulo, no hay acuerdo. Permítame que no lo desvele. Pero se está encarrilando. Yo diría que está encarrilado ya.
En su momento, en la ponencia parlamentaria, Podemos propuso dos mesas: una para las cuestiones que comparten todos los partidos, y otra para el derecho a decidir. ¿Se está tirando por esa vía?
No. No, no.
¿No es así, o no puede responder?
No puedo hablar, pero las cosas van bien en lo sustancial. Los tres partidos hemos visto cuál es el perímetro posible entre lo que queremos todos y lo que podemos todos. Ya hay un perímetro. Y hemos generado una confianza política las tres partes para llevar adelante todos los debates.
¿Sin líneas rojas?
Todos los debates. Luego vendrá otra fase en la que habrá que abrir a otros partidos que quieran. En la primera fase, cuando estuve con todos los partidos, encontré a un PP que prácticamente me negaba hasta la conveniencia de tener el Estatuto de Gernika porque hacíamos muy mal uso de él. Y encontré en cambio a Sumar y Podemos abiertos al diálogo. Estamos en una fase muy incipiente todavía y, cuando las cosas entre los tres partidos grandes estén más o menos aclaradas, los siguientes creo que hablarán con la izquierda confederal para intentar sumarlos a los acuerdos. Pero era importante ver si había agua en la piscina. Las fuentes de agua somos PNV, EH Bildu y PSE, y bueno, la piscina se está llenando.
¿Está Pedro Sánchez al corriente de lo que se negocia y está dispuesto?
Una de las novedades de este proceso es que estamos los partidos al completo, con todas las partes de sus siglas. No puedo decir ya más.
¿El debate de las ponencias para la Asamblea del PNV ha arrojado alguna novedad con respecto a lo que se había propuesto desde el EBB?
Estoy muy contento porque, aunque alguien lo puede ver como un síntoma de contestación, yo lo veo como síntoma de vida interna: hemos tenido nada menos que 10.700 enmiendas. La gente quiere aportar su granito de arena, unos de manera terminológica para plantear si Euskadi es con “z” o con “s”, otros haciendo planteamientos de calado sobre la ponencia socioeconómica o los límites de la soberanía. Y vamos a llegar a la asamblea con casi todas o todas las enmiendas transaccionadas, con acuerdo; y saldrán por unanimidad. Desde 2008 no abordábamos un proceso como este, y ha salido bien.
“Confebask está contagiándose de las maneras de la CEOE”
Se va del EBB dejando amarrada la revisión fiscal con Podemos. ¿Se presionó a sí mismo para dejar el trabajo hecho?
No, yo era de los que decían que no pasaba nada si no teníamos revisión fiscal, que era mejor mantener lo que teníamos y no un mal acuerdo. Pero al final hubo acuerdo, y los acuerdos son siempre mejores si son plurales y no rompen nada, y este no rompe nada. Estoy alucinando con la posición que he oído a los empresarios de Confebask. Creo que nadie se ha leído el papel ni ha pedido explicaciones a los que saben de esto, y han hecho unas manifestaciones muy poco responsables, además de profundamente injustas. El acuerdo es bueno, va a permitir que un millón de personas se beneficie, y al otro millón y pico de vascos no lo vamos a esquilmar, porque en la declaración de la renta van o vamos a tener que hacer un esfuerzo muy chiquitín, pero merece la pena ayudar a los jóvenes a que puedan acceder a la vivienda, a las empresas que quieren hacer descarbonización… ¿Que hemos subido y ajustado algunas cositas en la tasa del ahorro y algunas empresas van a tener que pagar un poquito más? Aun así, seguimos siendo la fiscalidad más competitiva para empresas del Estado español en su globalidad. Y una segunda derivada: el gran fracaso de dos auténticos partidos boicoteadores, Bildu y el PP. No querían que saliera nada. Y el tiro les ha salido por la culata, no han podido pararlo, y ahora los dos están intentando desprestigiar el acuerdo por cuestiones contradictorias: unos dicen que es un giro a la derecha, y otros dicen que es una reforma cuasi comunista. Tienen que aprender esta lección: no pueden obstaculizar los acuerdos, y no pueden tomar de rehenes a las diputaciones de Araba y Gipuzkoa, porque hay otras opciones. Podemos ha visto que, tras sufrir electoralmente en Euskadi, este tema le podía hacer subir un escalón.
Podemos reveló que las conversaciones sobre fiscalidad se remontan al mes de julio. ¿El PNV intentó abrir esa vía para no tener que depender de EH Bildu y del PP?
No, para no tener que depender, no, sino para hablar con todo el mundo. Hablé con Pilar Garrido cuando tuvimos aquellos encuentros sobre autogobierno, y le dije que había una oportunidad con la fiscalidad porque no teníamos prefijado con quién hacerlo, sino qué hacer, y estábamos dispuestos a hablar. Al principio, ellos eran más fríos, no lo veían, y es verdad que estaba terminando Pilar su mandato y me anunció en septiembre que pensaba dejarlo. La nueva dirección ha sabido aprovechar.
¿Y podrá tener continuidad? Podemos solo está presente en las Juntas y no en el Parlamento, y la relación con Podemos en el Estado es bastante tirante con Ione Belarra.
Yo sería más optimista aquí que en Madrid. En Madrid, Podemos está en un proceso cainita, en una pelea con Sumar para ver quién aniquila a quién, y eso hace que exacerben un poco las posiciones políticas y que, a veces, se metan con el PNV de manera muy gratuita, cuando el PNV es el que está sosteniendo gran parte del andamiaje de este Gobierno español. En Euskadi, Podemos ha salido reforzado de esta operación, y esto le debería dar seguridad, fuerza y ganas de interactuar más en la política porque pueden ser llave en Araba y Gipuzkoa.
¿A usted le consta que Ione Belarra intentara vetar el acuerdo?
No, nos han garantizado que no ha habido ninguna interferencia sobre el contenido. La única comunicación que debió haber era sobre las garantías del proceso.
¿Le ha llevado el PSE a rastras al PNV a un acuerdo de izquierdas?
No. Frente al pensamiento de los junteros del PP de Gipuzkoa y de Araba, el PP de Euskadi por arriba, supongo que hablado con Madrid, endureció las posiciones para que no hubiera negociación. Con este PP era imposible el acuerdo. Y lo dice el PNV, no el PSE. El autoveto se lo puso el PP.
¿El aparente alejamiento del PNV con la patronal Confebask no se debe tanto a lo que plantea el PNV, sino a que la patronal ha endurecido su discurso?
Acabo de oír a un representante de la patronal que ha sido mucho más prudente ya. Yo creo que alguien ha empezado a leerse los artículos.
Pero no se trata solo de la fiscalidad, sino también del salario mínimo vasco…
Me da la sensación de que los ámbitos altos de la patronal de Euskadi están contagiándose demasiado de los usos y maneras de la relación que tiene CEOE (la patronal española) con la política en Madrid. Y aquí estamos a años luz de eso. Ni el Gobierno vasco, ni las instituciones vascas hacen y proceden como se procede en Madrid, ni creo que el empresariado vasco tenga mucho que ver con lo que representan CEOE y los grandes intereses no solo empresariales sino políticos que tiene la CEOE en Madrid. Ojo con esos contagios, porque creo que es malo para la propia Confebask desdibujarse de lo que ha sido históricamente, que hasta en los peores y más duros momentos con ETA zumbando a los empresarios ha sabido mantener el ámbito vasco, no hacer seguidismo de cosas que suceden 300 y pico kilómetros más abajo. Ya lo vimos con la reforma laboral que no apoyamos por el tema de la prevalencia de los convenios. Ahora que me voy, me preocupa como ciudadano que ha defendido y defenderá toda la vida la libertad de mercado. Están perdiendo posiciones en vez de ganarlas. Lo digo con ánimo constructivo de que le den una pensada. Quienes se están desposicionando de la sociedad son ellos, no nosotros.