El Promesas va en serio

Un gol de Pau Martínez en la primera parte le dio una trabajada victoria a un Osasuna Promesas que se fue a dormir en segunda posición de la clasificación. Los de Santi Castillejo tuvieron que emplearse a fondo para mantener a raya a su rival, que presionó y se esforzó hasta el último segundo para sumar un resultado más positivo. Pero el filial estuvo perfecto en defensa y evitó que los locales les arrebataran los tres puntos a domicilio.

Alicantinos y navarros arrancaron el partido con más respeto que riesgo. Así, apenas se generaron ocasiones claras de gol en las dos porterías. Sin embargo, fue el Alcoyano que quiso más el balón ante un rival que esperaba su oportunidad para sorprender a los blanquiazules. Y el golpe de efecto llegó al cuarto de hora. Pau Martínez se inventó un gol increíble para dar ventaja al conjunto navarro y seguir más cómodos en el encuentro.

El Alcoyano tuvo que nadar, a partir de entonces, a contra corriente. Poco después, el meta visitante tuvo que estar atento en una asistencia de Moyita a Liberto, que puso en aprietos a Pablo Valencia en el minuto 17. Los minutos fueron transcurriendo sin que sucediera nada, con un conjunto local que tomó muchos mas riesgos en busca del empate a uno, y un Promesas más conservador que buscaba mantener su mínima ventaja sobre los alicantinos hasta el descanso.

Tras el paso por los vestuarios, el Alcoyano salió con todo y decidido a revertir la situación adversa en la que se vieron demasiado pronto. Sin embargo, pronto comprobaron que no sería nada fácil conseguirlo porque el Promesas trabajaba perfectamente en defensa y en el centro del campo apenas dejaba maniobrar a los centrocampistas locales para filtrar pases o apoyar a sus defensas.

A medida que fue llegando el final del partido empezaron los nervios en las filas blanquiazules. Y es que apenas habían creado situaciones de peligro. Fue entonces cuando apareció Alcaina para enviar un balón al palo. Se cumplía el minuto 72. Una acción que inyectó de moral a un Alcoyano que nunca pudo. Atacó más con el corazón que con la cabeza. La zaga navarra no pasó apuros y se mantuvo firme.