Las cabezas pensantes de las plantas nobles de la sede socialista de Ferraz sabían que los resultados electorales del 28-M eran todo un examen para el devenir del partido–especialmente de cara al próximo paso general por las urnas–, que confía todo su potencial a una figura clave como es la del presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Pero, despeñado el PSOE en las municipales, donde solo pudo amarrar apenas una decena de las ciudades en el Estado –A Coruña, Cuenca, Las Palmas de Gran Canaria, Lleida, Lugo, Palencia, Vigo, Soria, Tarragona y, a última hora y de forma sorpresiva, Barcelona, además de Gasteiz–, perdiendo de paso la mitad de las que contaba hace ahora cuatro años, la de ayer no fue una jornada fácil para los socialistas. De hecho, la derrota en uno de sus principales graneros de votos –Andalucía, y sobre todo su capital Sevilla– es de las que se consideran históricas. Además, su poder territorial se ve enormemente resentido, ya que tan solo consigue retener el poder en Asturias y la Comunidad Foral de Navarra. Casi nada.
Con este panorama, que incluso amenaza con un vuelco electoral del PP dando carpetazo al sanchismo, cada vez resulta más aparente que las prisas adoptadas por Sánchez para fijar el calendario electoral de las generales –con paso por las urnas el próximo 23 de julio– son tan solo movimientos que persiguen taponar el desgaste que padece el PSOE. En todo caso, la imagen dada ayer por el socialismo fue excesivamente pobre: solo pudo disfrutar de algunas victorias que se dieron fuera de las grandes ciudades. Y de la mano de algunos de sus grandes valores, como el caso de Abel Caballero (Vigo), sempiterno alcalde de la ciudad gallega, o la que fuera ministra de Sanidad Carolina Darias, que lidera Las Palmas de Gran Canaria. En todo caso, escaso botín para un partido que antaño estaba acostumbrado a gobernar en las principales ciudades del Estado.
A por la remontada
Pero el PSOE parece que comienza a desbrozar el terreno de cara a las elecciones del 23 de julio, donde la consigna del PP es evidente, y no es otra que la de derrotar al sanchismo. En primer lugar, censurando los “acuerdos de la vergüenza” entre el PP y Vox para gobernar instituciones, tal y como aseguró ayer la portavoz el Ejecutivo de Moncloa, Isabel Rodríguez. Esta, además, acusó al PP de “vender las políticas de la mujer a una fuerza de ultraderecha”, cuestionando de esa manera las alianzas con Vox. Según Rodríguez, el PP de Alberto Núñez Feijóo “ha estado dispuesto a vender las políticas de la mujer a una fuerza de ultraderecha, cuestionando así el desarrollo de todas esas políticas públicas a lo largo de estos años”.
Y, por otro lado, Pedro Sánchez parece que retomará, y desde hoy mismo, la batalla para hacer añicos todas las encuestas de cara a las eleccciones generales del 23-J. Tanto es así que ha abogado por regresar al feudo simbólico de Dos Hermanas (Sevilla), donde el PSOE espera congregar a un aforo de más de 3.000 personas para tratar de lanzar su precampaña. “Hoy –por ayer– se constituyen en España los ayuntamientos con plena normalidad institucional. Enhorabuena a los alcaldes y alcaldesas socialistas y a los que, desde la oposición, serviréis a vuestros vecinos”, escribió el presidente en la red social Twitter. “Sigamos avanzando en derechos y transformaciones. Continuemos construyendo”, manifestó por último.