Si pensamos en los pueblos de Álava, normalmente nos vienen a la mente aspectos tan comunes como su historia, belleza o gastronomía, entre otros. Sin embargo, hay uno que suele pasar por alto para muchas personas: la toponimia. Y, siguiendo con esta materia, hay un detalle muy llamativo que vale la pena mencionar: la longitud de los nombres.
Precisamente, en tierras alavesas podemos hallar el municipio con el nombre más largo de Euskadi. Cuenta con 19 palabras, es compuesto y puede presumir de este curioso honor. ¿De cuál hablamos? Vamos a conocerlo.
Un pueblo único
Se trata de Peñacerrada-Urizaharra, un pueblo del sur de Álava y ubicado en la comarca o cuadrilla de Montaña Alavesa. Según los datos del 2023, tiene 302 habitantes, repartidos en siete pueblos, que a su vez forman seis concejos.
Asimismo, esta localidad representa un dato toponímico más que interesante. Peñacerrada-Urizaharra muestra la coexistencia del castellano y el euskera en su nombre oficial, algo que no muchas pueden presumir, como Vitoria-Gasteiz, por ejemplo.
Por un lado, "Peñacerrada" se refiere a la fortaleza medieval que en su momento protegía el área. La palabra deriva del castellano y remite a una "peña cerrada" o roca rodeada, una imagen que recuerda al paisaje montañoso y estratégico que caracteriza al pueblo.
Por otro lado, "Urizaharra" significa "la antigua Uriza" en euskera, un término que reivindica las raíces históricas y lingüísticas de la región. Del mismo modo, es un componente euskaldun que aporta la categoría de villa, algo común en muchos pueblos.
Viajando al pasado
Uno de los atractivos de Peñacerrada-Urizaharra es su impresionante recinto amurallado, donde se encuentra la Puerta Sur. También destacan la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, famosa por su portada románica y su retablo del siglo XVI.
Tampoco podemos olvidar la Plaza de los Fueros, donde está el palacio de los Duques de Hijar, del siglo XVII, que alberga el "Centro de Interpretación del Ámbar". Otro punto de interés es Faido, que cuenta con cuevas artificiales, entre las cuales está la de la Virgen de la Peña, considerada Monumento Nacional de Euskadi.
Respecto al ambiente festivo, el municipio disfruta de diversas celebraciones a lo largo del año, siendo las más relevantes las que tienen lugar el 6 de octubre en honor a Nuestra Señora del Rosario, que reúnen a muchos visitantes y reflejan la riqueza cultural de la zona.
Singularidad en la toponimia euskaldun
Sin duda alguna, es más que evidente que el nombre de Peñacerrada-Urizaharra es algo único en Euskadi. Si bien hay pueblos con nombres cortos y contundentes como Getxo o Zumaia, este municipio alavés rompe con la norma por su extensión y su doble denominación.
Además, su nombre invita a reflexionar sobre la importancia de preservar la diversidad lingüística y cultural en una época donde la globalización amenaza con acabar con las particularidades locales. Para los habitantes, este nombre es más que un conjunto de palabras: representa un símbolo de su identidad y orgullo.
Un nombre que inspira
El caso de Peñacerrada-Urizaharra también es un recordatorio de cómo los nombres pueden convertirse en elementos de promoción cultural y turística. De hecho, en los últimos años, el municipio ha ganado cierta notoriedad gracias a su peculiaridad lingüística.
Ya sea por su nombre, su historia o su belleza, esta localidad invita a explorar y valorar los tesoros escondidos de Euskadi. Porque detrás de cada palabra y cada lugar, hay una realidad que merece ser contada.
El pueblo vasco con el nombre más corto
En la costa de Bizkaia, escondido entre acantilados y playas, se encuentra Ea, el pueblo con el nombre más corto de Euskadi. Con solo dos letras, este municipio podría ser la contraparte de Peñacerrada-Urizaharra.
Ea, cuyo nombre tiene origen en el euskera y podría estar relacionado con términos antiguos vinculados al agua, es conocido por su puerto pesquero, sus estrechas calles empedradas y su ambiente tranquilo.
Con una población de alrededor de 800 habitantes, este encantador pueblo supone una experiencia auténtica y alejada del bullicio turístico, en plena comarca de Busturialdea.
El río Ea atraviesa el casco urbano, dividiendo el pueblo en dos y conectándolo mediante pintorescos puentes de piedra. Además, sus playas y la cercanía al entorno natural hacen de este pueblo un lugar ideal para desconectar y disfrutar de la calma.