El presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala, hizo ayer balance de la actividad en 2022 -un año atípico para el tráfico naval por las tensiones de los precios y la guerra de Ucrania- y analizó alguna de las claves de cara a los próximos meses. El tráfico del Puerto contó el año pasado con el impulso del petróleo y el gas para situarse en niveles de crecimiento superiores a la medida. Petronor y la regasificadora de Bahía Bizkaia tuvieron gran protagonismo por las urgencias energéticas, pero los números no alcanzaron los niveles previos a la pandemia.
Las expectativas para este año son optimistas y el Puerto espera reforzar su competitividad y captar nuevas rutas, sobre todo en la costa Este de Estados Unidos, para recuperar el terreno perdido durante el covid.
En concreto, el pasado año se movieron en las instalaciones de Santurtzi y Zierbena 32,76 millones de toneladas, 1,58 millones más que en 2021, lo que supone un crecimiento del 5,1% frente al 3% de media de los puertos del Estado, pero lejos de las 35,5 millones de toneladas de antes de la pandemia. El petróleo y el gas “tiraron del carro” en 2022 por la crisis energética y las sanciones a Rusia con incrementos del 30 y el 34%, respectivamente, explicó Barkala
El tráfico ro-ro (camiones y remolques) aumentó un 16 % por la mejora de las conexiones con Reino Unido e Irlanda (seis semanales y en barcos de mayor capacidad, cuatro de ellas con pasajeros y las otras dos solo con mercancías) y las exportaciones de componentes eólicos, de HazieaWind y Siemens Gamesa, se incrementaron un 20%.
El movimiento de mercancía general convencional subió un 2%, con un descenso del 4,5% en contenedores por la desaceleración en la UE y Reino Unido y del 19% de los graneles sólidos (cementos, clinker y arenas). El número de barcos que atracó en Bilbao se redujo en 27 (-1 %) al quedarse en 2.642, pero fueron de mayor tamaño (por el aumento de petroleros, gaseros y cruceros).
Por mercados, Estados Unidos, Irak y Brasil son los que más han crecido por las importaciones de gas y petróleo en sustitución del que venía de Rusia, que ha bajado a la mitad en Bilbao. Sin graneles líquidos, el norte de Europa y el Reino Unido son los principales mercados del puerto vizcaíno.
Para 2023, el Puerto espera ser más “competitivo”, aprovechar el convenio de la estiba para los próximos seis años y captar nuevas rutas, sobre todo con la costa este de toda América. Así, a finales de febrero se abrirá una ruta semanal con la costa este de Estados Unidos para contenedores (esta conexión se perdió en 1994), y Finnlines aumenta la capacidad de sus barcos ro-ro con el norte de Europa y el Báltico, como ha hecho Brittany con los tres que van a Irlanda y Reino Unido.
Ampliación
Respecto a las infraestructuras del Puerto, Ricardo Barkala, remarcó que solo se adjudicará la segunda terminal de contenedores, el concurso ya está convocado, si hay un proyecto “potente” y “muy gordo”. En esta línea mostró su confianza en recibir “varias ofertas” pra hacer realidad el proyecto. El espigón central es el “último espacio” de crecimiento de la instalación y la decisión que se tome condicionará las cuatro próximas décadas de esta infraestructura, pero “todos los analistas” y las mayores navieras y operadoras mundiales respaldan la creación de una segunda terminal.
Además, Barkala se mostró preocupado por los continuos retrasos en el proyecto de la Variante Sur Ferroviaria, que conectará el Puerto con la Meseta sin tener que sacar los trenes por la actual línea de Cercanías de Renfe y que solo tiene construido el túnel del Serantes, cerrado desde que se finalizó en 2008.