Último domingo de agosto, aunque de otra manera, Uharte Arakil volvió a homenajear a los y las pastoras, un modo de vida ligado al territorio que el Artzai Eguna quiere poner en valor. Precisamente, para dar continuidad a esta fiesta con más de medio siglo de andadura, la sociedad Aralar Mendi organizó una nueva edición adaptada a la pandemia, con el foco puesto en las medidas sanitarias, según destacó su presidente, Omar Sánchez Gorriti. Por ello, pensaron en centrarse en dos actos, la 40º edición del concurso de quesos elaborados con leche de cruda de oveja por la mañana y por la tarde, la 53ª edición del Concurso de perros pastores de Navarra, el germen de esta fiesta declarada de Interés Turístico en Navarra.
Así, la mañana estuvo centrada en el queso, con el concurso en el interior del frontón Larrebieta y una feria en el exterior del frontón, recinto que se cerró para controlar el aforo así como las entradas y salidas. "Teníamos dudas en cuanto a la afluencia pero ha ido muy bien, ha habido movimiento de gente sin aglomeraciones", apuntó Sánchez Gorriti.
Al concurso se presentaron 23 piezas. La txapela fue para Etxelekua, la quesería que pusieron en marcha hace 30 años Manuel Bengoetxea y Mª Isabel Lastiri en su caserío de Urdazubi "para sacar adelante a seis hijos", como recordaba ayer su benjamina, Jone Bengoetxea. Con 32 años, se ha incorporado al negocio familiar tras la jubilación de su madre, completando el relevo que antes habían tomado sus hermanos Xabier y Ana Mari. "Ha sido una sorpresa. El mérito es de mis hermanos", aseguraba.
Era la primera vez que ganaban en Uharte Arakil y todavía no se lo creía. "Este premio supone mucho para una empresa pequeña", destacó. Respecto a la pieza presentada, explicó que se elaboró el 15 de febrero. "Mi hermana no estaba muy convencida pero se arriesgó. Es un queso que no es fuerte pero tiene regusto pronunciado", observó. Con un rebaño de en torno a medio millar de cabezas, producen al año unos 10.000 kilogramos de queso que venden sobre todo en la quesería y establecimientos de la zona. "Con la pandemia han subido mucho las ventas por internet", apuntó.
A esta edición redonda por lo de 40 del concurso de quesos le faltó la subasta de la media pieza ganadora, el colofón de una intensa mañana. En 2019 se pagaron 4.600 euros por medio queso de Kortaria, de Lekaroz.
El jurado, formado por reconocidos restauradores y expertos, no lo tuvo fácil. Iñaki Idoate, del Restaurante Alhambra de Pamplona, y Zacarías Puente Herboso, del Hotel Risco de Cantabria, ya estaban en aquella primera edición que arrancó en 1981 para dar contenido a la mañana y sobre todo, para promocionar este producto. "La calidad es impresionante. Se ha trabajado mucho", destacó Idoate. "Este queso es un tesoro", aseguró Puente.
La cata consistió en una definición sensorial. Se comienza con la forma y se continúa con la corteza, color de la pasta y ojos, parámetros que puntúan un máximo de 10 puntos sobre 130. En el caso del olor y la textura son 20 puntos, el sabor 30 puntos y el regusto otros 20.
FERIA DE QUESO EN RECINTO EXTERIOR
Mientras el jurado dilucidaba cuál era el mejor queso, ocho productores instalaron sus puestos en las inmediaciones del frontón, donde se pudo probar antes de comprar queso, un canal de venta directo muy importante para las pequeñas explotaciones. "Agradecemos el esfuerzo de Uharte Arakil porque este tipo de ferias son importantes porque visibilizan nuestro trabajo y nos permiten el contacto directo con nuestra clientela además de aumentar la rentabilidad del producto", apuntaron desde Albi, de Arruazu. No obstante, señalaron que "el objetivo final es poder vender en la quesería. Es lo más sostenible económico, social y medioambientalmente".