En pleno siglo XXI y con la tecnología de la que disponemos en la actualidad, la inmediatez está a la orden del día. Sin embargo, eso nos lleva irremediablemente a que nuestra sensación sea que el tiempo transcurre muy rápido y no nos fijemos en los pequeños detalles. ¿Cuántas veces hemos expresado la frase de “¿cómo pasa el tiempo?”.
Sin embargo, sí hay algo que parece que sucedió hace una eternidad. Si no, que se lo pregunten a los aficionados azulgranas, ya que la última vez que la hinchada vitoriana y el Baskonia coincidieron en la Copa del Rey data de hace cuatro temporadas. Y, además, en esa edición el Joventut eliminó a los alaveses a las primeras de cambio gracias a una actuación espectacular de Nicolás Laprovittola.
En aquella ocasión, en la temporada 2018-19, el torneo del KO se disputó en Madrid. A partir de ahí, no es que fueran grandes noticias para los azulgranas, ya que al año siguiente el Baskonia se quedó fuera de los ocho primeros. Después llegó la edición de la pandemia en la que los aficionados no pudieron estar presentes en las gradas. Y, ya la temporada pasada, de nuevo el Baskonia estuvo ausente del torneo.
Eso sí, estas tres últimas ediciones sí tuvieron algo en común. Y es que la hinchada azulgrana no falló a su cita y tanto en Málaga como en Granada, los baskonistas tiñeron las calles de bufandas y camisetas de su equipo del alma. Pues bien, después de tanta espera, equipo y afición se reencontrarán por fin en el que es el torneo por excelencia del baskonismo. Esa ilusión y esas ganas de que llegue ya el jueves 16 de febrero se puede sentir tanto en el Buesa Arena como en las calles de Gasteiz.
Si no, que se lo pregunten a dos veteranos como Andoni Duque o Eduardo Fernández de Lezeta. “Para nosotros es importante la Copa, lógicamente que el equipo esté presente también lo es, pero aquí lo básico es el reencuentro, el estar con la gente y los amigos. Hemos estado muchos años sin el club y la fiesta ha continuado, pero tener al equipo es un plus y ojalá llegue lo más lejos posible”, señala Andoni.
“ Somos del Baskonia y de Vitoria y sentimos mucho orgullo de representar a una afición como la nuestra ”
Andoni Duque - Aficionado del Baskonia
Por su parte, Eduardo también se encuentra expectante por disfrutar in situ de la Copa. “Ganas hay como nunca y como decía Comas, vamos con las mudas reglamentarias para aguantar toda la semana, hasta el domingo. Además, la historia es sorprendente, han pasado ya cuatro años y encima nos toca el mismo equipo. Al menos, espero que vaya mejor que en el 2019. Vamos con la ilusión de que no nos va a ganar nadie”, recalca.
“ Como decía Comas, vamos con las mudas reglamentarias para aguantar toda la semana en Badalona ”
Eduardo Fdez. de Lezeta - Aficionado del Baskonia
“Este año ganamos fijo”
Los más jóvenes, pero que también tienen a sus espaldas bastantes ediciones, esperan con ganas la llegada del torneo del KO. “Es una Copa especial para todo el baskonismo, es el reencuentro del equipo y afición después de cuatro años sin estar presentes los dos juntos. Tenemos muchas ganas”, destaca Zuriñe Fuentes.
“ La Copa es el reencuentro con amigos de otros clubes que tan solo ves esos días, se respira baloncesto ”
Zuriñe Fuentes - Seguidora del Baskonia
Iker Martínez, otro fiel baskonista que se dejará ver estos días en el Olímpico de Badalona, es el más optimista. “Este año ganamos la Copa. Tenemos buen equipo, buena afición y buen juego. ¿Qué más se puede pedir?”, se pregunta.
“ Vamos a ganar la Copa; tenemos buen equipo, buena afición y buen juego, ¿qué más se puede pedir? ”
Iker Martínez - Aficionado del Baskonia
Los baskonistas volverán a poner el color azul y grana a las calles de la sede de la Copa del Rey. En el pabellón aún está por ver, ya que, critica Eduardo, “los precios de los abonos han sido un poco elevados, pero va mucha gente sin entrada y supongo que se buscarán la vida; si vamos pasando eliminatorias, a buen seguro que los azulgranas irán entrando al campo”.
Andoni sí espera un desembarco de la afición azulgrana en Badalona. “Como en todas las ediciones, seremos la mejor afición, ya que seremos los más numerosos y los más coloridos. Siempre somos una afición top”. Algo que corrobora Iker, para quien “preguntes a quien preguntes, te dice que viaja a Badalona y después de cuatro años, esta afición tiene muchas ganas de Copa, vuelve la marea baskonista”.
Todos ellos coinciden en lo especial que es este torneo. “En pleno mes de febrero y al estar en invierno, la Copa es el incentivo que tienes para disfrutar junto a la gente que quieres del baloncesto”, enfatiza Eduardo. Para Andoni, “la Copa es sobre todo el reencuentro con muchísima gente que conocemos desde hace tantísimos años y es volver a estar juntos en torno al baloncesto. El ambiente que se genera en torno a la fiesta es magnífico. Además, es un evento para la gente. No es una competición en la que el título sea tan importante, como sí lo es la fiesta de la afición”.
Un torneo único
En términos similares se expresa Estibaliz Iriarte. “Es el evento deportivo del año, baloncesto, buen ambiente y unas aficiones llenas de buena gente con ganas de disfrutar deportivamente”. Iker deja claro que “deportivamente es un torneo muy bonito y divertido, extra deportivamente es reencontrarse con viejos amigos de todas las aficiones. El ambiente que hay en la Copa es único, entre todas las aficiones hay un muy buen rollo”.
“ Es el evento deportivo del año, buen baloncesto y unas aficiones increíbles con ganas de disfrutar ”
Estíbaliz Iriarte - Seguidora del Baskonia
A juicio de Zuriñe, “la Copa se ha convertido en el evento más importante del año, son cuatro días en los que se respira baloncesto, buen ambiente y es el reencuentro con amigos de otros equipos que solo ves en esos días”.
Andoni, como integrante de la fanfarre Biotzatarrak que por enésima ocasión volverá a animar las calles catalanas con su buena música, arde en deseos de llegar a Badalona. “Sentimos mucha emoción, es muy bonito ver cómo gente de todos colores te sigue y además estamos orgullosos de llevar los colores del Baskonia. Nosotros siempre invitamos a todas las aficiones a que vengan y animen para que todos juntos nos lo pasemos bien. Eso sí, tenemos clara nuestra identidad y quiénes somos; somos del Baskonia y Vitoria y sentimos mucho orgullo de representar a una afición como la nuestra”, precisa.
En cuanto a lo estrictamente deportivo, la ilusión se palpa ya entre los aficionados, pero también la cautela, ya que son conscientes de que este año existe mucha igualdad en la ACB. “Desde 2009 no rascamos nada y ahora con el tema de Henry, el equipo está algo más bajo, pero casi es hasta mejor, ya que de esa manera no vamos tan de favoritos. Que fuéramos muy crecidos no creo que convenga para la Copa. Es mejor acudir de tapado. Además, el Joventut es el anfitrión y también tiene su presión”, afirma Eduardo.
El discurso de Zuriñe es similar. “Este año hay ilusión, aunque jugar el primer partido contra el anfitrión y viendo sus últimos refuerzos, da respeto y un poco de miedo de caer eliminados, pero hay que ir día a día. Al final, el equipo está motivado y con ganas de hacer algo grande”. Iker es consciente de que “acabamos de pasar un momento delicado, pero sabemos lo que estos jugadores son capaces de hacer y en un torneo tan corto y con el buen ambiente que se aprecia en la plantilla se puede marcar las diferencias”.
Entre los aficionados no se esconde el hecho de que el Joventut se ha convertido en la bestia negra del Baskonia en la Copa. “Anteriormente ya hemos ganado muchas Copas y el primer partido era contra Joventut. Lo que pasa es que en 2019 se nos cruzó un tal Laprovittola y nos la lió. Al final, es un equipo correoso y no será fácil”, avisa Eduardo. Andoni es algo más optimista al afirmar que “ni el Joventut es el de todos los años ni el Baskonia es el mismo”.
Asiduos en la Copa
Echando la mirada atrás, todos ellos tienen un gran historial de copas a sus espaldas. Por ejemplo, Eduardo y Zuriñe se estrenaron en el 2005 en la edición de Zaragoza. De hecho, el primero la recuerda como una de las mejores. “Fue una gran Copa, aunque mi mejor recuerdo es la de Madrid del 2009, ya que coincidió con los carnavales. Aunque ellos no tienden a disfrazarse en la capital, nosotros sí que lo hicimos y fue divertido”. Zuriñe no ha fallado desde entonces. “Llevo ya 18 ediciones desde aquella escapada”, bromea.
Andoni, por su parte, mira aún más atrás. Y es que su primera Copa fue en Granada en 1992. A excepción de A Coruña y Cáceres, ha estado en todas las ediciones, incluso cuando el Baskonia no se ha clasificado. Iker, en cambio, opta por darle un tono más jocoso y admite que sus ediciones favoritas son cuando la sede es en un lugar con buen tiempo, “como Gran Canaria, Málaga o Granada. Eso sí, sea donde sea, desde el 2015 no falto a mi cita con la Copa”. Estibaliz no falla desde el 2010 cuando acudió a Bilbao.
Aunque la hinchada azulgrana anda con pies de plomo, la esperanza de romper esa dinastía del Real Madrid y Barcelona sigue viva. Blancos y catalanes, que se han repartido los diferentes torneos del KO desde 2009, van por el mismo lado del cuadro y eso abre la puerta a obtener el billete para la final.
De cara a esta edición, Howard, Thompson y compañía generan toneladas de fe. “El Baskonia tiene mucho potencial, es el año más equilibrado con jugones y con posibilidades de hacer algo interesante. Me conformaría con que se llegue a la final y se compita”, sostiene Andoni. Estíbaliz también ve el vaso medio lleno. “Este año lo tenemos todo para llevarnos la Copa a casa con un buen equipo y una afición muy volcada. Empezamos contra el anfitrión, que además fue quien nos eliminó en la última ocasión, así que hay que poner todo el esfuerzo en ese primer partido”.
Iker y Zuriñe van más allá que sus compañeros. “Les debemos una celebración en la Virgen Blanca de aquella Liga, así que no se me ocurre mejor manera de hacerlo que ganando la Copa del Rey y llenando la plaza como un 4 de agosto. El Baskonia será campeón sin duda alguna”, pronostican.
Pase lo que pase, los aficionados baskonistas volverán a teñir la sede de la Copa de azulgrana y se llevarán el buen sabor de boca de reencontrarse con su equipo en el torneo favorito desde tiempos inmemoriales.