El Athletic hizo aguas en el Estadio de la Cerámica. Sin puntería arriba e inconsistentes en el centro del campo, los rojiblancos sufrieron lo indecible en defensa. De poco sirvió la forzada presencia en el once inicial de un mermado Yeray Álvarez, alistado de urgencia pese a sus molestias de pubis debido a la acumulación de bajas en el centro de la zaga. Con Iñigo Martínez fuera de combate por una sobrecarga muscular y con Dani Vivian sancionado tras su expulsión ante el Betis, Ernesto Valverde alineó al bravo central de Barakaldo junto con un desafortunado Aitor Paredes en una defensa que completaron en los laterales Yuri Berchiche e Iñigo Lekue, la principal novedad en el once inicial.
Los problemas padecidos por De Marcos a lo largo de la semana en un tobillo impulsó al técnico rojiblanco a conceder la titularidad a Lekue más de dos meses después. Víctima de una lesión muscular el 5 de marzo en la visita al Rayo Vallecano, el ‘15’ del Athletic vio desde el banquillo los compromisos ligueros contra Mallorca y Betis tras perderse hasta ocho encuentros y no pudo tener un regreso a la actividad más aciago frente al Villarreal. Superado en defensa y sin impacto alguno en ataque, el deustuarra estuvo involucrado en los dos primeros goles del choque.
No tuvo Lekue incidencia directa en el libre directo con el que Alex Baena abrió la goleada del equipo de Quique Setién, pero sí en la jugada que originó la falta de Yeray sobre Nicolas Jackson, inexistente a todas luces, pero señalada por Del Cerro Grande con el lateral deustuarra rompiendo la línea de fuera de juego en una desconexión momentánea, pero trascendental a posteriori. Desajustado, Lekue evitó que la acción quedara invalidada desde un primer momento, del mismo modo que en el 2-0, obra de Jackson, volvió a romper el fuera de juego junto a Paredes para permitir así que la diana del delantero senegalés, rechace de por medio, subiera al luminoso.
Vencedor en solo dos de los seis duelos individuales en los que se vio inmerso y con ocho balones perdidos, el partido concluyó para Lekue un minuto antes de alcanzar la hora de juego. Fue entonces cuando Valverde, con 3-1 en el marcador tras la enésima ofensiva del Villarreal a campo abierto que definió Jackson al valerse de un rechace de Unai Simón en boca de gol, movió sin éxito el banquillo para introducir un triple cambio. Ingresaron en el terreno de juego Mikel Vesga, Iker Muniain y De Marcos, el encargado de reemplazar a Lekue sin que el guion de la película mejorara lo más mínimo.
La pesadilla de Paredes
La tarde, no en vano, fue sumamente amarga para los rojiblancos, con mención especial también para Paredes. El de Arrigorriaga, el único central en plenas condiciones para medirse al Villarreal, vivió su partido más complicado como león. Una auténtica pesadilla sufrió Paredes en el Estadio de la Cerámica, donde sufrió más que nunca en su intento de frenar al enrachado Jackson, autor de seis goles en las cuatro últimas jornadas y una constante amenaza al espacio.
El plan de partido de Valverde, con el equipo compitiendo de tú a tú con el Villarreal sin ninguna red de seguridad, no favoreció en absoluto a Paredes, quien vio la cartulina amarilla en el minuto 54 y firmó en propia puerta el 4-1 en el 61.
Contenido ofrecido gracias a la colaboración de Rural Kutxa, siempre cerca.