El reloj del Buen Pastor fue fabricado en Morez, en Francia, y su colocación se encargó a Benito Yeregui por 3.970 pesetas. Era un reputado relojero guipuzcoano, miembro de una familia de relojeros, los Yeregui, que trabajan desde 1790 y continúan haciéndolo en la actualidad. En el año 1897, Benito Yeregui cumplió el encargo y montó el reloj en un habitáculo a media altura de la torre de la entonces parroquia del Buen Pastor, ya que la torre no estaba totalmente terminada.
Esa ubicación, que en principio era temporal, terminó siendo definitiva y el reloj funcionó hasta los años 1975 - 1980 aproximadamente. Antes, en 1949 cuando la parroquia del Buen Pastor pasó a ser catedral, el reloj se sometió a una reparación en la empresa Viuda de Perea, en Miranda de Ebro, donde sufrió algunas modificaciones: se le eliminó una de las tres ruedas imperiales, se le instaló un motor para el remontaje de las pesas y paso a tener un sistema de cadena sinfín.
En enero del 2019 el reloj se descolgó de su ubicación en la torre de la catedral y se desmontó pieza a pieza. Fue trasladado a Lasao, en Zestoa, al taller de Xabier Alvarez Yeregui, bisnieto de Benito Yeregui, quien ha sido el encargado de la restauración junto a su mujer Begoña Arruti.
Según nos ha contado en Onda Vasca, el propio Xabier Alvarez Yeregui, "el reloj ha estado ahí parado hasta que hemos venido nosotros que, por mediación de Koldo Apestegui, que tuvo confianza en que lo podríamos restaurar, lo bajamos. Los hemos restaurado entre Begoña, Juan Mari Elosua, Tomas Bergara, el sobrino Urtzi. Cada uno ha aportado una cosita".
Pero antes de iniciar las reparaciones, Alvarez Yeregui le colocó al reloj un elemento de su propia invención: un PLC, un autómata programable "para detectar las posibles averías o anomalías que tenía el reloj, porque sabíamos que había estado parado muchos años pero no sabíamos qué problemas tenía". Tras localizar esas averías y comprobar que "el reloj estaba como para funcionar" se le realizó una restauración no invasiva: "lo desmontamos, lo limpiamos del todo, subsanamos las pequeñas averías que tenía y lo pusimos en marcha".
Se puede visitar
El restaurado reloj viajó ayer de vuelta, desde Lasao a la catedral del Buen Pastor. Mientras no regrese a su ubicación original, en el habitáculo a media altura de la torre, el reloj permanecerá unos meses en una de las capillas de la catedral, donde podrá ser visitado para observar cómo funciona. "Está en una capilla, para que la gente lo vea porque es un reloj monumental, un reloj grande. Luego hay que subirlo a la torre pero no todas las personas tienen acceso a la torre porque son escaleras de caracol, un poco difíciles de subir".
"Está en marcha, ahora, está en marcha" se congratula Xabier Alvarez Yeregui aunque advierte "no toca las campanas porque no se puede poner dentro de la iglesia y que suenen campanas, claro!"
Un reloj con varias curiosidades
Cuando le preguntamos a Xabier Alvarez Yeregui qué tiene de especial este reloj, no duda en respondernos que se trata de "un reloj de muy alta precisión para haber sido construido en el año 1897". Además, nos cuenta que tiene un "péndulo compensado en varillas" lo que significa que se adecúa a los cambios provocados por el frío y el calor y añade que "ya en el año 49 comentaba el que hacía el mantenimiento del reloj que era de muy alta precisión".
Por otra parte, para el movimiento de las agujas tiene "como un multiplicador de fuerza porque las agujas son de esferas muy grandes y no se pueden mover directamente". Y otra curiosidad, si lo habitual es que las agujas se muevan con cada pendulación, en este reloj lo hacen cada cuatro.
Restauración no invasiva
La restauración a la que le han sometido a este reloj, se denomina no invasiva. "Yo diría que en 2/3 partes el reloj está igual a cómo lo montó mi bisabuelo". Eso sí, han respetado las modificaciones que se le hicieron cuando fue reparado en 1949. "Es parte de la historia del reloj y lo respetamos".