Aunque este año puede concebirse como una vuelta a la casilla de salida, al ser las elecciones europeas el termómetro donde se constate la validez de Podemos, la situación de los morados se encuentra a las antípodas de sus primeros años. Con cinco diputados en el Grupo Mixto, tras la ruptura con Sumar y una sucesión de reproches y desencuentros internos, los morados concentran todos sus esfuerzos en no caer en la irrelevancia. La apuesta pasa por el tándem conformado por su secretaria general, Ione Belarra, y la exministra de Igualdad, Irene Montero, quienes ya han comenzado a dar sus primeras pedaladas en un año marcado por los comicios europeos.
“Quiero pedirle a Irene Montero, que si así lo decide la militancia, sea nuestra candidata”, avanzó Belarra el pasado mes de diciembre. Irene Montero no tardó en recoger el guante para presentarse como candidata a las elecciones del próximo 9 de junio, su primer test de estrés de esta nueva andadura.
La salida del Gobierno español y la ruptura con la plataforma de Yolanda Díaz, quien dejó a Podemos fuera del reparto de las portavocías de su grupo parlamentario en el Congreso pese a contar con cinco representantes, han provocado que la dirección haya dibujado una nueva hoja de ruta con la que aguantar el tirón a nivel estatal.
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Un viraje que quedó ya patente con los primeros decretos del Ejecutivo español, cuando Unidas Podemos tumbó la reforma del subsidio de desempleo, según explicaron, al no ver colmada su exigencia de que se retirara la reducción de sobrecotización en las pensiones para los mayores de 52 años por ser un “recorte”. El plantón acrecentó el distanciamiento de Yolanda Díaz, quien no tardó en acusar a Podemos de moverse por “odios irresponsables”. A esta crítica también se sumó de la coordinadora de la formación morada en Navarra. Aunque aseguró sentirse “cómoda” en el proyecto actual, Begoña Alfaro mostró un profundo desacuerdo con la decisión de la cúpula estatal.
Estructura territorial
Otro de los retos que tiene Unidas Podemos para este 2024 es dar forma a una estructura territorial, casi inexistente. Para ello se ha puesto en marcha el proceso de primarias del que saldrán los nuevos coordinadores en ocho comunidades - Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Catalunya, Comunidad de Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana-.
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Sin embargo, las dimisiones y las bajas del partido, especialmente tras los malos resultados del 28M, siguen siendo el telón de fondo de este proceso interno. Pese a ello, Podemos ha decidido jugársela al todo o nada en las elecciones gallegas, donde se enfrentarán a la plataforma de Yolanda Díaz después de que su militancia haya rechazado concurrir conjuntamente.
Por otro lado, las incógnitas en lo que respecta a los comicios vascos se mantienen, en un clima que también parece haberse enrarecido después de que ‘Sumar Mugimendua’ propusiera como candidata a Alba García. La elección de quien hasta ese día había ejercido como asesora de la formación fue vista por Podemos como un acto de deslealtad. En último lugar, tampoco cuentan con el aval de las encuestas demoscópicas, que concentran en Bildu el voto de la izquierda en la CAV.