El exdirector de seguridad de la Agencia Ferroviaria Europea (ERA), Christopher Carr, señaló, durante una de las declaraciones más esperadas en el juicio del Alvia, que “el riesgo de descarrilamiento no se identificó y no se mitigó” en la curva de A Grandeira, de manera que se dejó “toda la responsabilidad” al maquinista.
Así lo aseguró Carr, que durante su testimonio confirmó que es ingeniero mecánico de profesión y que trabaja en la Agencia Europa del Ferrocarril desde 2012, cuando entró como jefe del departamento de seguridad.
El testigo-perito, propuesto por el abogado de la plataforma de víctimas Alvia 04155, Manuel Alonso Ferrezuelo, ratificó el informe elaborado por la ERA sobre el accidente de Angrois, pedido por la Comisión Europea tras reunirse con la plataforma de víctimas del Alvia.
Confirmó también que la ERA fue constituida para unir y aunar los diferentes procesos de seguridad dentro de la UE y para mejorar la interoperabilidad en el sistema ferroviario y armonizar los distintos enfoques de seguridad entre los Estados miembros.
Ante las preguntas del letrado, Carr sostuvo que tanto Adif como Renfe debían establecer un sistema de gestión de seguridad que identificara los riesgos y que les obligaba a realizar “un análisis o evaluación de riesgos antes de la puesta en servicio de la nueva línea”. “La introducción de una nueva línea hace necesario evaluar los riesgos que supone la integración de esta nueva línea a la ya existente”, señaló.
Evaluación de los riesgos
Además de la evaluación de riesgos correspondiente, Carr añadió que existe “un método común de seguridad” en la UE. Este método, que busca “armonizar la forma en la que se realiza la evaluación de riesgos” en los diferentes países de la UE, se estableció en 2009 y entró en vigor en 2010 y señala que todos “los subsistemas técnicos necesitan autorización”.
No obstante, el testigo destacó que habría una excepción, correspondiente a proyectos que estén en estado “avanzado”, a los que no se aplicaría este método. Carr confirmó que es necesario “justificar” que el proyecto “está avanzado” y que no le consta si Adif notificó este punto a la Comisión Europea. Sí que manifestó que es “poco común” que un proyecto esté en estado avanzado “si no se ha realizado una evaluación de riesgos”, porque es cuando se sabe si la línea tiene que realizar determinados “cambios”.
En este punto, Christopher Carr fue claro y señaló que “tanto Renfe como Adif tienen un riesgo conjunto o compartido”.