Vida y estilo

El río subterráneo navegable más largo de Europa está a 550 kilómetros de Vitoria

El municipio castellonense de Vall de Uxó alberga las Cuevas de San José, un conjunto de galerías acuáticas con más de tres kilómetros de longitud
Las Cuevas de San Jose disponen de un tramo de 800 metros habilitado para navegar.

La geografía española esconde auténticos tesoros naturales. Las cuevas de San José, en el municipio castellonense de Vall de Uxó​​ sin duda es uno de los claros ejemplos. Con el río subterráneo navegable más largo de toda Europa, este espacio ofrece además pinturas rupestres, catalogadas y protegidas por la UNESCO y unas espectaculares formaciones naturales de estalactitas y estalagmitas.

Situadas a tan solo 20 minutos de la playa, en el Parque Natural de la Sierra de Espadán, en Vall de Uxó, las Cuevas de San José son las grutas naturales más impresionantes de Castellón y, de hecho, están declaradas como Bien de Interés Cultural.

Un grupo de turistas practica espeleo-kayak en las Cuevas de San José. Coves de Sant Josep

El río subterráneo tiene más de tres kilómetros de longitud y aún no se conoce el principio ni el final de la gruta. De esta distancia, hay 800 metros navegables, en barca o en kayak y otros 255 metros a pie. El resto de las galerías son inaccesibles por motivos de conservación.

La visita guiada dura unos 45 minutos y la temperatura es siempre constante: 20 grados. Para preservar este espacio natural, existen una serie de restricciones: está prohibida la entrada con comida o bebida, no se permiten animales y no se pueden usar cámaras.

Historia de la Cueva de San José

La presencia humana de esta cueva se remonta al Paleolítico Superior, hace unos 17.000 años, tal y como demuestran los yacimientos arqueológicos de la boca de acceso. Sin embargo, su historia más popular comienza en el siglo XIX, cuando los vecinos de Vall de Uxó​​ se concentraban en "La fiesta de las flores" alrededor de una fuente que mana muy próxima a las cuevas, y en la que los más atrevidos se adentraban en ellas.

En 1902 se hizo la primera exploración conocida, en la que se llegó hasta la Boca del Forn que marcaba el límite de la parte accesible de la cueva. Más tarde, en 1926, un grupo de vecinos superó esta estrechez y alcanzó el Lago de Diana, pero no fue hasta 1936 cuando las cuevas se empezaron a acondicionar para el paso de turistas.

Entre 1958 y 1975 se hacen cartografías de la cueva, se dinamitan algunos sifones y se descubren decenas de nuevas galerías, hasta alzar los 2.348 metros de longitud.

Actualmente las galerías y salas más destacables son: Sala de los Murciélagos, Boca del Forn, Lago de Diana, Lago Azul, Galería de los Sifones, Sala del Peñón, Lago del Diablo, La Moreneta, Sala del Perro y Galería Seca.

04/09/2022