El secretario general de UGT Euskadi, Raúl Arza, ha pedido a la dirección de Guardian Glass que atrase el cierre de la planta de Llodio (Álava) para dar la opción a "buscar algún socio o una solución diferente" a la que plantea la empresa.
En una entrevista a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Arza se ha referido al cierre de la empresa Guardian Glass, que iniciará el próximo 3 de febrero el proceso para apagar el horno de su planta en Laudio-Llodio.
Arza ha reconocido que la noticia del cierre de Guardian ha sido "muy sorpresiva" porque, según ha destacado, "se estaba hablando en la empresa de la negociación de las condiciones salariales para los próximos años".
Además, ha advertido que el inminente cierre de la empresa "va hacer imposible e inviable cualquier otra solución, una vez que Guardian decida marcharse de Llodio", y ha exigido a la compañía que "atrase el cierre definitivo del horno para dar la opción a que, a través de las instituciones y de la negociación, se pueda buscar algún socio o alguien que pueda darle una solución diferente a la que plantea Guardian".
El cierre de Guardian Llodio, según ha asegurado, es "un mazazo muy importante para una comarca que ya llevaba un deterioro industrial en los últimos años".
Tras recordar que hace unos años se impulsó un proyecto para el desarrollo de la comarca" que "al final no ha dado ningún fruto", ha considerado que es el momento de "retomar y tomar en serio cuál es el futuro de esa comarca".
En ese sentido, cree que, ante el cierre de pequeñas empresas en la comarca, "ha llegado el momento de tomar una decisión entre Gobierno vasco, ayuntamiento, diputaciones, organizaciones sindicales y patronales y Cámara de Comercio, y ver cuál es el futuro de la comarca, que ha tenido también un deterioro muy importante en lo que es el PIB de sus habitantes".
"Tenemos que trabajar conjuntamente todos los agentes para que la mayor parte de nuestras empresas sigan vinculadas aquí", ha avisado, para lamentar que "hace unos años se tomaron algunas decisiones claramente erróneas, como fue la venta de muchas de nuestras empresas a grandes multinacionales".
Unas multinacionales, ha dicho, que "cuando tienen pérdidas, toman una decisión a miles de kilómetros de Euskadi y nuestras empresas se convierten en una chincheta en un mapa de alguien que no tiene ninguna vinculación ni ningún arraigo con el territorio y que no es consciente del impacto que tiene esa toma de decisiones".