El sector de la madera en Euskadi apuesta por la bioeconomía forestal circular, el KM0 y el fomento de la economía verde

Euskadi es un país forestal, la superficie arbolada en nuestra comunidad abarca el 54,8% del territorio con 396.191 hectáreas - según el Mapa Forestal de 2022 - siendo uno de los ratios más altos de la UE. 

Buena parte de nuestros bosques están gestionados por propietarios privados. En Bizkaia, la asociación de propietarios cuenta con más de 3.100 personas asociadas que gestionan un porcentaje mayor al 50% de la superficie forestal plantada del territorio. La Asociación de Forestalistas de Gipuzkoa agrupa por su parte a 2527 personas que se encargan del cuidado del 50% de los bosques plantados de la provincia. Por último, los propietarios forestales alaveses gestionan alrededor del 40% del bosque plantado del territorio y cuentan en la actualidad con 507 personas que gestionan 13.000ha.

Bioeconomía forestal circular

Son, por lo tanto, los propietarios privados los que se encargan - junto con las diputaciones forales y agrupaciones de municipios - del cuidado de nuestros bosques compatibilizándolo con la labor de conservación y con la gestión sostenible de sus parcelas, obteniendo madera con la que desarrollar en Euskadi la Bioeconomía Forestal Circular. 

Baskegur forma parte de la Estrategia de Bioeconomía Forestal Circular que promueve el Gobierno Vasco, estrategia que va más allá de nuestro territorio, conformando alianzas internacionales con otras regiones forestales europeas que tienen que hacer frente a retos similares a los nuestros. Por eso se puso en marcha la iniciativa "Bioregions" junto a Cataluña, Karelia del Norte (Finlandia) y Renania-Westphalia (Alemania). 

Certificación para una gestión sostenible

Baskegur y las asociaciones de propietarios asociadas promueven las certificaciones, como PEFC o FSC, que reconocen la labor del propietario forestal a la hora de realizar una gestión sostenible de sus montes. Acogerse a las certificaciones, además de un compromiso social por parte de los propietarios forestales, es la forma para poder trazar el recurso desde el monte a la fábrica a fin de que los consumidores finales sepan que están eligiendo un producto que tiene en cuenta una triple sostenibilidad, social, económica y medioambiental.

La gestión sostenible de la madera no sólo se realiza en el monte, durante el proceso de transformación las empresas vascas también están logrando reducir la huella de carbono, aumentando así la ventaja ambiental de usar madera en lugar de otros materiales para mitigar el calentamiento global. 

Madera KM0

La sociedad demanda madera, ya sea para eliminar nuestra dependencia del gas o el petróleo. Pero no siempre comprende que esa apuesta por la bioeconomía debe potenciar el producto local, Km0, para ser verdaderamente sostenible. Se trata de un debate similar al que ocurre en otras áreas del sector primario. Si no se dignifica el trabajo de silvicultores, agricultores y ganaderos locales, tarde o temprano nos quedaremos sin productos sostenibles de proximidad, de calidad y que generan actividades económicas vitales para vertebrar las zonas rurales. 

Potenciar la construcción en madera con material procedente del norte de Europa hace que la huella de carbono de las edificaciones no mejore como lo haría con madera de Km0. Además, lejos de crear riqueza en el entorno, nos hacemos dependientes y transferimos recursos económicos a otras regiones en lugar de potenciar y desarrollar nuestra economía. 

Pacto social de país

Por ello, el sector forestal-madera de Euskadi aboga por un pacto de país en el que la sociedad, a través de sus representantes políticos y sociales, comprenda la necesidad de mantener y potenciar la actividad productiva de nuestros bosques sin renunciar a la necesaria conservación y aumento de los bosques autóctonos. 

Y lo que es más importante, como sociedad debemos de ser capaces de cambiar nuestras pautas de consumo, valorando el uso de materiales y productos más sostenibles. En el País Vasco estamos aún muy lejos del consumo de madera de las regiones líderes del norte y centro de Europa en los que por ejemplo la construcción en madera no es algo simbólico, sino una realidad plenamente asentada. Contamos con los recursos para dar un salto significativo en el fomento de modelos de desarrollo bajos en carbono que permitan a Euskadi estar en la vanguardia de las regiones que luchan contra el cambio climático.