El Senado ha aprobado este miércoles de manera definitiva los impuestos extraordinarios y temporales sobre las energéticas, la banca y las grandes fortunas, que entrarán en vigor a tiempo para gravar los ingresos de este año.
El Pleno del Senado ha aprobado la proposición de ley presentada por PSOE y Unidas Podemos por 139 votos a favor, 106 en contra y 12 abstenciones sin incluir ninguna enmienda, por lo que ya no tiene que volver al Congreso.
La ley recoge buena parte del paquete fiscal que acompaña a los Presupuestos: los dos impuestos empresariales -con los que el Gobierno esperaba recaudar 7.000 millones en dos años, antes de los cambios en la tramitación- y el de grandes fortunas, así como la limitación de la compensación de pérdidas de filiales.
La no inclusión de enmiendas, que ha sido duramente criticada por algunos grupos en el Pleno, facilita la entrada en vigor este mismo año de la ley y que, por tanto, los impuestos empiecen a recaudar en 2023, ya que estarán vigentes en 2023 y 2024, con referencia a los resultados de 2022 y 2023.
El senador del PP Juan Manuel Juncal ha calificado de "chapuza" la ley, contra la que su grupo había presentado un veto, y ha vaticinado que será recurrida y habrá que devolver lo ingresado; mientras que Ciudadanos, que ha retirado su veto, ha acusado al Gobierno de "retorcer" el procedimiento legislativo, y Vox ha tachado de "calamidad" la ley.
En cambio, la senadora socialista María del Carmen Sierra ha defendido que en estos momentos "es imprescindible que los poderes públicos adopten medidas para sostener medidas de apoyo a los más vulnerables".
ERC ha defendido la ley porque los colectivos vulnerables necesitan recursos, PNV porque comporte su "filosofía y objetivos" y EH Bildu porque le parece "necesaria", un apoyo que también han mostrado Más País, PRC, Coalición Canaria y la Asociación Socialista Gomera.
IMPUESTOS EXTRAORDINARIOS PARA SUFRAGAR LOS EFECTOS DE LA GUERRA
Los tres nuevos impuestos extraordinarios estarán en vigor durante dos años, aunque se prevé evaluar la posibilidad de convertirlos en permanentes, y tienen como objetivo ayudar a sufragar las medidas para paliar los efectos de la guerra en Ucrania.
Los impuestos sobre la banca y las grandes fortunas son temporales para los dos próximos años (2023 y 2024) y gravan, respectivamente, el margen de intermediación (al 4,8 %) y los ingresos no regulados en España (al 1,2%) del ejercicio anterior.
El Gobierno espera recaudar 1.500 millones anuales con el impuesto de la banca y 2.000 millones anuales con el energético, aunque esto era antes de excluir del gravamen los ingresos regulados.
Por lo que respecta al impuesto de solidaridad sobre las fortunas de más de tres millones de euros, también será temporal (para dos ejercicios) y deducible en el impuesto de patrimonio. Inicialmente, el Gobierno fijó el potencial recaudatorio de este tributo en 1.500 millones, antes de aplicar la deducción autonómica.
Además de estos tres impuestos, la ley recoge una limitación de la compensación de pérdidas de filiales dentro de los grupos empresariales, que no podrá superar el 50 % en 2023, aunque las cantidades pendientes podrán aplicarse en 2024. Con esta medida, el Gobierno espera aumentar la recaudación en 244 millones en 2023 y 2.195 millones en 2024.