Los cuadros son uno de los elementos decorativos más habituales en los hogares. Dicen mucho de sus propietarios porque en ellos se reflejan sus gustos y su personalidad. Aportan un toque personal a la decoración, visten paredes, dan calidez e incluso llegan a convertirse en protagonistas absolutos en más de un espacio.
Si alguna vez has puesto un cuadro habrás comprobado que es un trabajo de precisión. Habrás tenido que alejarte y acercarte varias veces hasta conseguir colocarlo recto y es que tiene su intringulis. La perspectiva que tenemos cuando estamos cerca no es la misma que cuando nos alejamos, por lo que es difícil colocarlo bien a la primera.
Sin embargo, existe un eficaz truco para que los cuadros queden rectos. Para ello, solo necesitas cinta adhesiva y un rotulador y seguir unos sencillos pasos. En primer lugar, debes pegar una tira de cinta sobre los enganches del cuadro que quieres colgar y con un rotulador marca sobre ella dónde están los ganchos. Después, pega la cinta sobre la pared comprobando que esté recta. Coge un taladro, haz los agujeros sobre los puntos marcados, retira la cinta y ya tienes totalmente alineados los puntos de anclaje. A continuación, coloca los tacos y los clavos y cuelga el cuadro.
Alternativas
Si lo que te frena a la hora de poner cuadros es estropear las paredes y dejar marcas que quedarían a la vista si un día decides retirarlos, hay una serie de alternativas para no tener que taladrar ni hacer agujeros. Algunas de ellas son:
1- Tiras adhesivas
Son tiras especiales diseñadas para soportar el peso de cuadros y otros objetos decorativos. Se adhieren tanto al cuadro como a la pared y, siguiendo las instrucciones del fabricante, pueden retirarse fácilmente sin dejar residuos. Lo recomendable es pegarlas en las esquinas traseras del cuadro y luego unirlas a la pared.
Tiras adhesivas para colgar cuadros pequeños.
2- Ganchos adhesivos
Son similares a las tiras adhesivas, pero están diseñados en forma de gancho. Se adhieren a la pared y los hay de diferentes tamaños y capacidades de peso según las dimensiones del cuadro. Algunos modelos incluso permiten ajustar la posición del gancho. Son ideales para superficies lisas como paredes pintadas o puertas porque si un día decidimos despegarlos apenas dejarán rastro.
3- Cinta adhesiva de doble cara
Es ideal en su versión transparente. Se coloca en la parte trasera del marco y después se fija a la pared.
Cinta adhesiva transparente de doble cara.
4- Fijacuadros
Son pequeños ganchos metálicos que se instalan sin herramientas gracias a sus dos puntas afiladas que se sujetan con firmeza al muro. Cada uno puede soportar alrededor de 8 kilos y están especialmente recomendados para paredes de madera, yeso o pladur.
5- Clavos adhesivos
Son una buena opción para paredes de yeso. Utilizan tiras adhesivas con cadenas de polímero flexibles que forman eslabones en U para mayor resistencia. Basta con adherir los clavos a la pared para luego ajustarlos de forma que el cuadro quede correctamente alineado.
Clavos adhesivos.
6- Sujeciones sin marcas
Tienen ganchos con diferentes tamaños y formas que se clavan en la pared, pero al ser las clavijas muy pequeñas, al retirarlas apenas dejarán marcas visibles. Están recomendadas para paredes de hormigón, de madera maciza o armarios.
7- Rieles o barras para colgar
Los cuadros se cuelgan de ganchos o alambres que se deslizan a lo largo del riel fijado a la pared, evitando la necesidad de hacer agujeros directamente en la pared.
Riel y ganchos para colgar cuadros.
8- Estantes flotantes
Si el cuadro es lo suficientemente ligero, puedes colocarlo en un estante flotante en lugar de colgarlo en la pared.
Si te gustan los cuadros, pero no quieres arriesgarte a que tus paredes parezcan un colador si un día decides quitarlos o cambiarlos de sitio, puedes probar con alguno de estos remedios. Tal vez entre ellos encuentres el que necesitas.