Tras el parón de este mes de octubre debido a la ventana FIFA de turno, el Athletic ya se halla nuevamente inmerso en el frenesí de un carrusel de partidos en breve lapso de tiempo, que comenzó con buen pie el sábado ante el RCD Espanyol. A los leones les ha sentado bien el descanso a tenor de cómo fue la película ante los pericos, y el siguiente desafío consiste en continuar fuertes en San Mamés en lo que va a suponer el tercer episodio de la novedosa UEFA Europa League.
Este jueves (21 horas) arriba a Bilbao el Slavia de Praga. Un histórico club que incluso cuenta con una fecha de nacimiento anterior a la del Athletic. Surgió en 1892, con el nombre de SK ACOS Praha, y desde entonces, ha contado con diversas acepciones, siendo la definitiva la realizada en 1991, Sportovní Klub Slavia Praha. También son rojiblancos, allí 'cervenobílí', y asimismo se les apoda 'sesívani', traducido del checo, los cosidos.
Entrenado por Jindrich Trpisovsky, y acostumbrado a estar presente en competiciones europeas tras la adjudicación de 21 Ligas y 11 Copas de su país, nunca ha pasado de los cuartos de final, y en esta edición proviene de la Champions. Se deshizo del Royale Union Saint-Gilloise belga en la penúltima previa (3-1 y 0-1) para acabar cayendo a esta UEL al no poder con el LOSC Lille francés, perdiendo 2-0 y siendo insuficiente el favorable 2-1 en su Eden Arena, con capacidad para 21.000 espectadores.
Las dos jornadas de esta 'Fase Liga' se han saldado con cuatro de los seis puntos en juego, al vencer 0-2 al Ludogorets en Razgrad, rival de los de Valverde dentro de dos semanas también en la pequeña ciudad búlgara, y empatar a uno con el Ajax en casa. Idéntico balance al rentado por su rival de esta semana, con aquel empate en el Olímpico de Roma y el 2-0 registrado en La Catedral sobre el AZ Alkmaar.
Intratable en Chequia
La escuadra centroeuropea, a fecha de hoy enrachada, desaprovechó una gran oportunidad para dejarse ver en la Liga de Campeones y ahora quiere dar guerra en el segundo peldaño continental. Ese revés, que en feudo galo que resultó determinante para no avanzar y acabar emparejado con el Athletic por medio de esa enrevesada fórmula matemático-informática, es el único sopapo encajado en los diecisiete partidos oficiales hasta la fecha disputados. Catorce triunfos y dos empates jalonan una trayectoria que certifica que la dinámica es altamente positiva y es un factor a considerar por mucho que la checa no sea una competición de primer, ni tan siquiera, de segundo nivel.
Este año se muestra dispuesto a no dejarse arrebatar el título liguero que se le escapó la pasada temporada. 31 puntos sobre 33, con seis de ventaja sobre su más encarnizado adversario, cómo no, también capitalino, el Sparta, en el que milita Imanol García de Albéniz y que se midiera a aquel Athletic de Marcelo Bielsa que venía de perder con estrépito la final de Bucarest. Aquello, ante el hasta ahora único rival checo, concluyó en la fase de grupos con 3-1 en el estadio bilbaíno y 0-0 en Praga.
Orden y ambición
Con veinticuatro dianas a favor por tan solo tres en contra, se caracteriza por ser un equipo férreo y ordenado, y que siempre es capaz de competir y convencerse de que puede volver a poner en apuros a los grandes del viejo continente. Recientemente le ha derrotado por 2-1, como también al Viktoria Plzen -otro que se estrenará en San Mamés allá por enero- por 3-0, Pardubice y Sigma Olomouc (ambos por 2-0) y Ceske Budejovice (4-0). Eso ante su gente. En sus viajes solamente ha cedido un empate sin goles en la jornada inaugural, hace ya tres meses, contra el Slovácko, imponiéndose a Bohemians (0-4). Mladá Boleslav (0-2), Slovan Liberec (0-1) y, ayer, al FK Jablonec por un tanto a dos, obra de Simion Michez y Ondrej Lingr.
Estos son dos de las piezas habituales en el bloque praguense que, visto lo visto, va a poner a prueba el nivel coral del Athletic por su estado de forma y confianza, y su hambre por superar rondas, como en la temporada 2018-19, en la que se llevaron por delante al Sevilla. Otros elementos destacados, en un plantel que cuenta con varios africanos, como el lateral zurdo senegalés de gran recorrido, con apenas 19 años, El Hadji Malick Diouf y el mediocampista liberiano Oscar Dorley. Otro de los habituales en la parcela ancha es el griego Christos Zafeiris y el eslovaco Ivan Schranz, mientras arriba destaca el 'producto nacional' Tomás Chory.