El Partido Socialista Europeo (PSE) envió ayer desde Berlín, en el congreso de su 30º aniversario, una llamada a la cohesión frente a los grandes desafíos, desde la guerra de Ucrania a la crisis energética precipitada por esta, y a “despertar” ante la ultraderecha. El ex primer ministro sueco Stefan Löfven, nuevo presidente del PSE; el canciller alemán, Olaf Scholz, así como el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro portugués, António Costa, lanzaron a su familia política a defender la primera posición en las elecciones a la Eurocámara de 2024.
“Tenemos que actuar en defensa de nuestra democracia, no ceder poder a partidos con pasado fascista o neonazi ni a quienes cooperan con ellos”, afirmó Löfven, tras admitir su pesar por la evolución de Italia y la de su propio país, a las puertas de un relevo en el poder a favor de un bloque de centroderecha, con la ultraderecha como aliado externo.
Hay que “despertar” ante esos avances, alertó por su parte el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Frans Timmermans, mientras el portugués Costa lamentaba que el auge de estas formaciones estaba favorecido a menudo por la falta de respuestas “correctas” a las preocupaciones del ciudadano.
Entre esas respuestas necesarias y correctas se encuentran, según Scholz, las medidas articuladas para aliviar el peso de la factura energética al ciudadano, precipitado por una guerra de la que el único responsable “es el régimen de (el presidente ruso) Vladímir Putin”, recordó Sánchez. El presidente del Gobierno español defendió ante los delegados el llamado “modelo ibérico” y la reforma del mercado energético, así como el objetivo de lograr una interconectividad energética a escala de la Unión Europea.
“Tenemos que intervenir”, afirmó Sánchez, quien junto con Costa mantuvo el viernes una reunión con Scholz en la Cancillería alemana, centrada en el apoyo de sus tres países a la culminación del gasoducto transpirenaico Midcat. Sánchez aludió ante los delegados del congreso a la llamada “excepción ibérica” y a la desvinculación del precio del gas y la luz. Una fórmula que desestimó durante años Alemania, entre otros socios europeos, y que se ha demostrado “exitosa” en la actual crisis energética, recordó Sánchez.
“Cada crisis provoca que una serie de empresas se enriquezcan”, recordó Sánchez, quien mencionó a continuación cómo España sufre actualmente las consecuencias de dos grandes crisis, la climática y la energética, que deben ser “combatidas” con determinación.
Tanto Sánchez como el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, llamaron por otra parte al PSE, aglutinante de 33 partidos socialistas y socialdemócratas, a mantener “una respuesta unida” a la guerra en Ucrania y a distinguir entre “agredidos y agresores”. “Hay que distinguir entre de dónde partió la agresión y quién la sufre”, subrayó Sánchez, en una intervención junto a la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, para quien la necesidad de esa respuesta unitaria es algo “existencial”. Borrell insistió en una intervención posterior que Europa no puede caer en el “cansancio”, en lo que respecta al apoyo financiero, diplomático y militar a Ucrania, ya que es “en interés de todos nosotros” que Putin no gane esa guerra. El objetivo de la reunión del PSE, cuyo lema era Con coraje. Por Europa era abordar los grandes desafíos del presente, así como ultimar el programa común de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de 2024.