Polideportivo

El sol alumbra a Jon Barrenetxea

El vizcaino, imperial, remata con triunfo la fuga de cierre de la Vuelta a Andalucía que celebra Sivakov
Jon Barrenetxea festeja la victoria.
Jon Barrenetxea festeja la victoria. / Efe

Actualizado hace 1 minuto

Tal vez por extravagante y huidizo, el sol de invierno, el de febrero, es tan gustoso. Calienta con más ternura, como si deseara sostener el ánimo y el espíritu en los días fríos que se eriza la piel. En la Ruta del Sol, sobrenombre de la Vuelta a Andalucía, el sol acarició la victoria de Jon Barrenetxea, iluminada su estrella en la Línea de la Concepción. Euskadiz. Barrenetxea tomó el relevo de Diego Uriarte, vencedor la víspera a través de un patrón similar.

El vizcaino remató con éxito la fuga, de la que se desprendió Iker Mintegi (Euskaltel-Euskadi) por una caída cuando estaba entre los opositores al triunfo. Barrenetxea, fuerte y poderoso, magnífico rodador, mostró lo mejor de su repertorio para imponerse en el cierre de la carrera andaluza, que coronó a Pavel Sivakov, otra muesca más para el arrollador UAE.

Barrenetxea no miraba a la azotea de la carrera, no era su cometido, pero disfrutaba de las inmejorables vistas que siempre conceden las ventanas que dan a la victoria. La gritó con efusividad. Cascada de emociones.

Después de una fatigosa escapada, acumulados Barrenetxea aireó su ambición en un esprint a tres frente a Tobias Johannessen y Staune-Mittet. “He podido aprovechar. Era una oportunidad para mí. Trabajamos para conseguir triunfos. Estoy súper contento”, telegrafió Barrenetxea.

El vizcaino se ventiló a los dos noruegos. Radiografió a Staune-Mittet y le descartó. “Iba cascao”, expuso. Era el que más sufría. El reto era batir a Johannessen, probablemente el más fuerte, pero no el más veloz cuando Barrenetxea jugó su carta, aunque el tanque de depósito le marcaba la reserva. Luz roja.

"Me la tenía que jugar"

“No confiaba al 100% en el esprint pero me la tenía que jugar y he ido a tope. Iba vacío”, se sinceró el vizcaino, en fuga desde el amanecer de la etapa. Era su cometido después de que con el paso de los días, víctimas de un virus, cuatro compañeros del Movistar se vieron obligados a dejar la carrera.

Barrenetxea pudo esquivar los problemas físicos y obtuvo un pasaporte para libertad. Supo adaptarse el vizcaino al nuevo rol. La evolución de la especie.

Enrolado en una fuga que llegó a orillas del mar, Barrenetxa demostró dominio de la escena. Actuó como un veterano acostunbrado a la victoria. Era su segundo laurel en el profesionalismo tras abrir la vitrina de las sonrisas en el Circuito de Getxo el pasado curso. Eso ocurrió el 11 de agosto. Fue un día caluroso. Sol de verano. En febrero, en invierno, el sol alumbra a Jon Barrenetxea.

2025-02-23T20:29:12+01:00
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