Conseguir un trabajo, sobre todo en determinados sectores o sin mucha experiencia, no es tarea nada fácil. Y en muchas ocasiones hay que competir por el mismo puesto con un montón de personas que también han enviado su currículum para optar a él. De ahí que una de las búsquedas habituales en internet sea cómo escribir un currículum o al menos cómo hacerlo para que no sea descartado a la primera.
Pero dentro de esos tips no es muy habitual que esté el sentido del humor, que se deja para otros momentos. Quizá tirando de gracia es como un aspirante a camarero o cocinero ha tratado de llamar la atención de los jefes de un asador de Matamá, en el municipio de Vigo, que han recibido su currículum y no han podido quedarse más sorprendidos.
El diseño es estándar, el contenido no
El documento, compartido por la popular cuenta de diferentes redes sociales llamada Soy Camarero, al frente de la cual está el profesional de la hostelería Jesús Soriano, cuenta con un diseño clásico de currículum que se puede descargar en plataformas de internet, pero con unos textos que nadie esperaba encontrar. Más allá del nombre y apellido, la foto y el número de teléfono y la dirección de correo electrónico para poder contactar con él, y que están convenientemente tachados por Soriano para mantener la privacidad de su autor, todo lo demás no tiene desperdicio.
En el apartado ‘Habilidades’ ya se puede ir apreciando ese humor, al destacar de sí mismo que es “gran camarero, puntual, sentido del humor, cachondo mental, humor negro y amoroso”, mientras que en ‘Educación’ ha dejado lo que suele venir por defecto en esas plantillas, con una curiosa “Universidad Alta Pinta” en la que se habría licenciado en Contabilidad y diplomado en Finanzas.
"Cocino carne humana"
Lo mejor está por llegar. En ‘Acerca de mí’ asegura ser “una persona proactiva, me gusta cocinar y no tengo reparos ni ningún tipo de manía, cocino cualquier cosa, como si es carne humana. Me pongo a la disposición de mis jefes para todo, no digo que no a nada, sea lo que sea”, comienza, para después reconocer un problema. “Tengo síndrome de Tourette, por eso no me puedo poner muy nervioso pero raramente me da, no se preocupen”.
A continuación, en ‘Experiencia laboral’ detalla su paso por tres empleos (se tachan de nuevo los nombres de los locales). El primero, como camarero en un asador en Santiago de Compostela “que tuvo mucho éxito entre el público LGTBI porque íbamos en tanga, en fin, menudo cachondeo...”.
"Me enrollé con la mujer del dueño"
Después fue parrillero. “El culmen de mi carrera, tuve la oportunidad de trabajar con los más grandes, no acabó bien la cosa porque me enrollé con la mujer del dueño. Ahí no llaméis”, recomienda.
Y termina con otra experiencia como camarero. “Aprendí mucho de una gente estupenda pero el jefe me dijo que sudaba mucho y daba mala imagen. Mala imagen da él, menudo cerdo con las mujeres”.
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