El acceso a la vivienda está complicadísimo, sobre todo en las grandes ciudades, como bien saben quienes tratan de independizarse y adquirir o alquilar una casa que no les exija dedicarle el 80% de su salario durante varias décadas. Y no es raro ver cómo propietarios se aprovechan de la situación para poner en el mercado habitáculos minúsculos, auténticos zulos, a veces sin ventanas y en los que casi hay que hacer contorsionismo para llevar una vida que difícilmente se puede calificar de digna.
Por desgracia cada vez se ven más anuncios de esos, y Madrid suele llevarse la palma, con bastante oferta de infraviviendas. Una de ellas ha llamado la atención de la cuenta de X (antes Twitter) @elzulista, que recoge, siempre con dosis de humor e ironía, los casos más sangrantes y los comparte con los internautas. “Alquiler de piso en la planta sótano. Ideal para una persona”, comienza el anuncio. La palabra “ideal” podría cambiarse por un “máximo”, porque el apartamento, por llamarlo de alguna manera, cuenta únicamente con 15 metros cuadrados. “No apto para personas con movilidad reducida”, añaden, como si alguien tuviera alguna duda.
Un sótano interior sin ascensor, sin una triste ventana, con una minicocina que dice “totalmente equipada” pero en la que apenas se ve un grifo, un microondas un microfrigorífico y una cafetera, un microbaño con plato de ducha y un estrechísimo sofá que mira a la cocina, al lado de la cual hay colgada una televisión. A la cama, situada casi a la altura del techo, hay que llegar por una escalera de mano y acordarse al despertar de no levantar la cabeza para no rompérsela.
El anuncio afirma que “cuenta además” (ojo, además) “con un patio compartido para disfrutar de los días agradables”, dejando claro que dentro de la vivienda no se pueden disfrutar. El pequeño patio compartido apenas cuenta con una mesita y dos sillas y el ruido de los aparatos de aire acondicionado.
¿Y por cuánto se alquila ese ‘chollo’ ubicado en el barrio madrileño de Argüelles? Por nada menos que 800 euros al mes. Eso sí, el propietario exige “contratos de 11 meses máximo”, para poder saltarse la nueva ley de vivienda, dos meses de fianza y un mes más para la agencia, además de dejar claro que los “suministros serán facturados adicionalmente”, con lo que el gasto subirá notablemente.
“Vive como en una cámper en plena ciudad y sin las molestias del ruido exterior por solo 800 € al mes! Por algo todo el mundo quiere vivir en Madrid”, define irónicamente @elzulista esta vivienda. Aunque alguien le responde, no sin razón: “A ver, mi cámper tiene ventanas”.