Detrás del éxito de dos hermanos futbolistas que protagonizan una semana inolvidable, a un paso de debutar con la selección española Nico Williams (Pamplona, 12 de julio de 2002) y estrenándose Iñaki con Ghana, a puertas del Mundial 2022, se esconde la huida de sus raíces de unos padres que buscaron una vida mejor para sus hijos, un sufrimiento convertido en la mayor motivación actual sobre un terreno de juego. El éxito marca el paso en el núcleo de la familia Williams. Enterrado aquel momento de jugarse la vida atravesando el desierto en la búsqueda de un nuevo inicio. Convertido en un momento referente que pone los pies en la tierra y marca ambiciones. Nico, con 20 años, es el último de una camada de jóvenes que aterrizan en la selección española con un largo camino por recorrer. Tras los pasos de los Pedri, Gavi o Ansu Fati, sueña con su estreno tras decir que no a Ghana y separar su camino de su hermano Iñaki.
En unos meses ha pasado de dar el salto al Athletic Club a recibir la llamada de Luis Enrique. Todo vuela en su vida. ¿Tiene tiempo de asimilar lo que le está pasando?
– Es verdad que me ha llegado todo muy rápido, no esperaba está progresión. Tengo a mi madre y mi padre que si me subo un poco están para darme un tortazo. En ese sentido estoy bien arropado. Todo ha llegado rápido pero lo estoy gestionando bien.
Sus padres tienen una historia tremenda detrás, una huida hacia un destino donde han podido dar una vida mejor a Iñaki y Nico Williams.
–Le dedico todo a ellos, todo el trabajo que hago es para ellos que han dedicado parte de su vida para que nosotros vivamos bien, que nunca nos faltase un plato de comida en casa. Todo lo que les pueda dar en la medida de lo posible se queda corto, darles cosas materiales no es suficiente, pero se sienten orgullosos de ver a su hijo en la selección.
¿Cuándo les contaron a los hermanos lo que vivieron al tener que llegar a Europa?
–Fue un camino muy duro, les preguntaba como habían llegado a España porque veía las pateras en televisión y siempre me decían que en avión, me mentían. Yo era un niño pequeño y con el tiempo nos sentaron a mí y a mi hermano para contarnos una historia que nos llegó dentro. Piensas que mucha gente lo está sufriendo ahora. Mis padres han sufrido mucho y espero darles todo y más para que vivan bien.
¿Fortalece unos valores en el crecimiento, le hace valorar más lo que ha conseguido ahora como jugador de fútbol profesional?
–Sí, toda la gente que sabe que sus padres han sufrido, les intentas darles lo mejor, sean de donde sean en cualquier parte del mundo. El sufrimiento que pasaron tus padres te hace tener más ambición por ellos y por ti.
Su madre siempre comenta que era un trasto de pequeño, que llegó a romper hasta un televisor pero que rápidamente pedía perdón. ¿Ha sido el travieso de la familia?
–(Risas) Sí que es verdad que las he liado un par de veces con cosas que no tenía que haber hecho. Son cosas de niños, hay que equivocarse para aprender. Siempre he perdido perdón porque soy un chaval muy impulsivo, hago las cosas sin pensar y me arrepiento. Mi madre me ha perdonado en ese sentido.
En La Romareda va a tener la posibilidad de debutar con la selección española con sus padres en las gradas.
–Tener a tus padres cerca siempre es una ayuda, sales más tranquilo al campo y a la vez más motivado porque quieres hacerlo bien para ellos. Creo que van a estar muy orgullosos de lo que haga, debute o no, solo con estar aquí y aprender de los mejores para ellos les basta. Voy a dar todo y más, me transmiten mucha tranquilidad.
Explique lo que significa para un chico de Lezama triunfar en el Athletic.
–Es mucho trabajo, con una parte de sufrimiento. Yo vine de fuera y los que están en la residencia sufren por no tener a sus amigos y padres cerca de pequeños. Todo es un camino, todo pasa por algo. Tienes que trabajar y hay que esforzarte para llegar a tu máximo nivel en el fútbol y en el Athletic.
¿Qué se siente cuando se llega al primer equipo y juega en San Mamés?
–Todo niño de Lezama sueña con poder llegar al primer equipo, poder estar ahí y lo que más sientes es orgullo hacia ti mismo.
En la historia del Athletic ha habido 25 parejas de hermanos en el primer equipo. Julio y Patxi Salinas son el referente más cercano ¿Tienen la ambición de superarlos?
–Conozco a Patxi, me entrenó cuando subí del juvenil al Baskonia, donde le tuve de entrenador y siempre había ese pique de como debutase con mi hermano... Estamos haciendo las cosas bien y esperamos seguir así.
¿Cómo puede explicar que Nico juegue con España e Iñaki con Ghana?
–Fue una decisión natural, cada uno tomó su camino y tomó su decisión de forma meditada. Estoy muy contento de que mi hermano esté en Ghana, le deseo que le vayan las cosas bien, que pueda hacer un gran Mundial y alcance los máximos objetivos.
La decisión de Iñaki fue primando la inmediatez por jugar un Mundial, ¿no cree que podría haber tenido hueco en la selección española?
–Mi hermano pensó mucho en eso, en si ir con la selección o con Ghana pero lo que le marcó fue el viaje que hicimos en verano allí. Ver a toda la gente le hizo dar el gran paso de decantarse por la selección de Ghana, asumir ese rol en el que ojalá le vaya bien y meta muchos goles.
Ghana también llamó a su puerta a efectos de integrarse en la selección, ¿no dudó?
–Yo siempre he tenido claro que quería estar aquí y estoy muy contento de que Luis Enrique me haya dado esta oportunidad, espero aprovecharla. Como bien sabe todo el mundo, quiero estar con la selección española y ser mejor, demostrar que valgo para estar aquí.
¿Qué tiene Nico que le gustaría tener a Iñaki y qué le gustaría tener de las cualidades de su hermano?
–Yo creo que a mi hermano le gustaría tener la habilidad que tengo en los pies, que igual él no tiene, y a mí esa capacidad física que tiene. Soy más flaquito y me gustaría tener esa capacidad.
¿Cómo recibió la llamada de Luis Enrique? ¿Fue una sorpresa o se olía algo?
–Estaba tranquilo en el sofá de casa como un día más de los que tenemos libre en el Athletic y me empezaron a llegar muchos mensajes al móvil de enhorabuena, no entendía por qué, me metí en la sefutbol por curiosidad y aparecía en la lista... no me lo podía creer, empecé a gritar en casa, mi madre vino a abrazarme, a llorar como mi padre. Estoy muy contento por estar aquí.
¿Cómo es Luis Enrique en el cara a cara?
–Sobre todo me ha trasmitido confianza, que no tenga miedo a fallar. Es una persona muy cercana que si tiene que decirte algo te lo dice a la cara. Es un entrenador que me va a ayudar a cambiar y mejorar mi juego. Quiero aprender lo máximo de él y del equipo.
¿Con qué imagen se queda de su llegada a la selección?
– Sobre todo ver a Busi, de los mejores mediocentros del mundo. Verle en persona es chocante. Soy un chaval del 2022 y me choca verle. Mis amigos me preguntan cómo es. Ver a personas como él o a Koke, que siempre les has visto en la tele te impacta.
¿Cuál es su primer recuerdo de la selección?
– Tengo el recuerdo más heavy en el gol de Iniesta. Estábamos todos en Pamplona en la urbanización y todos gritando en el jardín celebrando el golazo.
¿Qué puede aportar Nico a la selección?
–Puedo aportar desborde, velocidad en el uno contra uno y gol. Soy un chaval con gol.
¿Se imagina en el Mundial?
–Ir al Mundial sería la gota que colma el vaso, estaría súper contento, es el sueño de todo chaval y ojalá se pueda dar esa situación.