El Tribunal Supremo ha recordado a la exconsellera catalana y eurodiputada Clara Ponsatí, que este martes ha regresado al Estado tras cinco años y medio huida de la Justicia, que debe comparecer ante el instructor Pablo Llarena, ya que de lo contrario será detenida y puesta a disposición judicial.
Ponsatí, exconsellera del Govern de Carles Puigdemont que huyó tras la declaración unilateral de independencia de 2017 para evitar ser procesada por el 1-O, ha cruzado la frontera francoespañola para regresar a Cataluña, sin entregarse a las autoridades pese a su orden de detención.
"Soy eurodiputada y tengo inmunidad en toda la Unión Europea, sólo en España no se me reconoce", ha asegurado Ponsatí, que ha regresado a Cataluña no para hacer "ningún pacto con el Estado", sino para "denunciar la vulneración sistemática" de los derechos de los catalanes y para "plantar cara", lo que se interpreta como una declaración de que no tiene previsto comparecer ante el Supremo.
Fuentes jurídicas han informado a EFE de que la intención del juez Llarena es "actuar exactamente igual" que en los casos de la exconsellera Meritxell Serret y la exdirigente de la CUP Anna Gabriel, quienes también estuvieron huidas de la Justicia y que como Ponsatí están acusadas de un delito de desobediencia que no conlleva pena de prisión, solo de inhabilitación.
Tras su llegada a España, ambas comparecieron ante el alto tribunal y quedaron en libertad para después ser citadas una segunda vez para declarar por el delito de desobediencia y, según las fuentes, así se hará si Ponsatí decide ir al Tribunal Supremo.
Ahora bien, si la eurodiputada decide no comparecer, el Supremo recuerda que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado estarían obligados a detenerla en virtud de la orden nacional de detención, que siempre ha estado en vigor desde que huyó de España en 2017.
Así lo detalló el juez en su auto del pasado 12 de enero, en el que acordó la detención, a efecto de recibirle declaración por el delito de desobediencia que se le imputa.
En este escenario, Ponsatí sería conducida al juzgado de guardia de Barcelona que actuaría en representación del Supremo comunicándole la causa por la que está procesada, así como la citación para comparecer ante el alto tribunal.
Y si ante esa segunda citación, tampoco decide personarse ante Llarena, el Supremo deja claro que sería nuevamente detenida para ser conducida ante el instructor del proces, tal y como sucede con cualquier persona que tiene una citación judicial y no quiere ir.
Al respecto, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya ha anticipado que si Ponsatí no comparece "se adoptaran las medidas que sean oportunas y conforme al criterio y a la orden que establezca la autoridad judicial en todo momento", es decir, que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado procederán a su arresto y puesta a disposición judicial.